La investigación participativa basada en la comunidad, es una metodología en la cual una comunidad construye y forma parte activa de un proceso de investigación, con el objetivo de que aporten sus conocimientos, se apropien de él y le den continuidad.
Este fue el tema presentado por los investigadores invitados la Dra. Christine Daley y el Dr. Sean Daley, quienes visitaron recientemente la Universidad de Costa Rica. La Dra. Daley es profesora asociada de Medicina Familiar y Directora del Centro para la Salud de la Comunidad Indígena Estadounidense, del Centro Médico de la Universidad de Kansas, Estados Unidos. Por su parte, el Dr. Daley es antropólogo cultural y se ha especializado en el estudio de poblaciones indígenas norteamericanas.
Actualmente en los Estados Unidos, existen 565 tribus indígenas que se distribuyen a lo largo del territorio estadounidense y el estado de Alaska, con lo cual representan un 2% de la población total del país. Cada tribu tiene su propia cultura y modo de vida, que las diferencia unas de otras.
Las estadísticas de salud pública, indican que más del 40% de los indígenas estadounidenses fuman, por lo que presentan las tasas de fumado más altas en comparación con otros grupos étnicos del país. Fumar es la principal causa de muerte (40%) entre la población de Estados Unidos.
La Dra. Christine Daley explicó que con estos antecedentes, surgió la necesidad de crear un programa para que la población indígena estadounidense dejara de fumar, pero que tomara en cuenta la gran diversidad cultural de las tribus.
La solución, fue implementar un proceso de investigación participativa basada en la comunidad. Con este enfoque se pretendía que la población indígena no se limitara a ser un sujeto pasivo, sino que aportara de forma activa en el diseño del programa para dejar de fumar y le diera continuidad entre la comunidad.
Según explicó el Dr. Sean Daley, las tribus indígenas estadounidenses tienen como tradición milenaria el uso del tabaco con fines espirituales. Los indígenas acostumbran a quemar esta planta en ritos y ceremonias como una ofrenda a sus dioses, así como una forma de purificar y bendecir. Sin embargo, entre la población también existe el uso del tabaco con fines recreativos que no se relaciona con ninguna creencia especial.
“Nos preocupaba desarrollar un programa en el que el tabaco tuviera una imagen completamente negativa, pues podría resultar irrespetuoso para las creencias de la población indígena, pero a la vez queríamos que las personas dejaran de fumar con fines recreativos y cuidaran su salud”, mencionó la Dra. Daley como uno de los principales retos de su investigación.
Para empezar el diseño del programa de cese de fumado, se decidió trabajar con la población indígena de los estados de Kansas y Missouri, los cuales agrupan alrededor de 120 000 de indígenas. Actualmente, las reservas nativas son territorios muy reducidos y muchos nativos han emigrado hacia zonas urbanas y su periferia.
Para realizar un trabajo efectivo con la comunidad indígena, los investigadores decidieron conversar con pacientes de un hospital local para conocer qué les gustaría tener en un programa para dejar de fumar. Posteriormente, se organizaron grupos focales donde participaron representantes de diferentes tribus indígenas. Adicionalmente, se analizaron casos de personas indígenas que habían logrado dejar de fumar para identificar los posibles factores de éxito del tratamiento.
Las investigaciones previas permitieron entender que las personas que usaban tabaco con fines espirituales, tenían más facilidad para dejar de fumar de forma recreativa después de un año.
“La base del programa se asentó sobre la idea de que se debe respetar la planta del tabaco porque es sagrada, por ello, no debe usarse con otros fines que no sean espirituales”.
El programa para dejar de fumar se llamó Un aliento de vida para todas las naciones y consistió en ocho sesiones grupales y el seguimiento individual de cada participante, así como la opción de tomar medicamentos para disminuir el consumo de tabaco. Los facilitadores de los programas eran personas de la misma comunidad indígena que había sido capacitada. Además, todo el material educativo fue diseñado exclusivamente por miembros de la población indígena y se utilizaron imágenes adaptadas culturalmente.
Como parte de la investigación, también se pudo entender que los indígenas tienen un fuerte apego hacia lo familiar. Por ello, como parte del programa también se decidió involucrar a los familiares de los participantes para que los apoyaran durante el proceso.
Desde el 2003, el programa se ha ido adaptando y reestructurando según las necesidades de la población indígena. Según la Dra. Daley, la experiencia puede considerarse como exitosa, ya que un 37% de los participantes han abandonado por completo el uso recreativo del tabaco, luego de seis meses de que decidieron dejar de fumar. Otros programas dirigidos a la población indígena, suelen tener una tasa de abandono que ronda el 8 al 10%.
“La razón por la que se ha logrado un programa exitoso, es que la comunidad se ha involucrado desde el diseño del programa hasta su participación”, afirmó la Dra. Daley. Por ejemplo, como parte del programa se formó una asociación conformada por diferentes organizaciones, comunidades indígenas y académicos universitarios que trabajan en beneficio de la salud de las comunidades indígenas.
La visita de la Dra. Christine Daley, el Dr. Sean Daley y del asistente de investigación Bach. Travis Brown, fue coordinada por la Escuela de Salud Pública y la Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiva, quienes desarrollan un modelo de investigación participativa basada en la comunidad en Costa Rica, en convenio con la Universidad de Kansas.