El 80% de la comunicación que se da entre los seres humanos es a través de lo que perciben los sentidos y solo un 20% es cerebral, de lo que pensamos y comunicamos oralmente, de ahí la trascendencia del enfoque sistémico, manifestó la Licda. Teresita Reyes Espinal, durante su conferencia sobre el tema Los vínculos saludables de los sistemas, el 23 de octubre, en el auditorio de la Biblioteca de Ciencias de la Salud.
Reyes es licenciada en Psicología y en Artes Dramáticas de la Universidad de Costa Rica (UCR), coordina el Área de Prácticas Artísticas y es integrante del equipo interdisciplinario del área de promoción de la salud de la Oficina de Bienestar y Salud.
Su disertación la realizó como parte del V Congreso Científico del Departamento de Odontopediatría y Ortodoncia de la Facultad de Odontología de la UCR.
Según manifestó el enfoque sistémico es un paradigma que ha estado cobrando trascendencia en los últimos 15 o 20 años, el cual parte del análisis de los elementos que conforman el sistema, los flujos o vinculaciones, roles que cumplen, los conflictos que se generan, entre otros. Es un enfoque que se mete en la complejidad de sistemas y microsistemas existentes, pues todo está interconectado, de manera que se abarca la relación de un individuo con otro y ese otro puede ser la familia, un profesor, el aula, la educación, un país o un colectivo.
La Licda. Reyes manifestó que desde la perspectiva de este enfoque es de gran importancia lo que se percibe en las interrelaciones humanas, lo que se siente, porque en cada caso “ponemos a funcionar juicios y significados de valor, que no los decimos, porque nos enseñaron a ser políticamente correctos, pero los sentimos y los transmitimos”, expresó.
Agregó que lo importante del vínculo es conocer y reconocer las diferentes dinámicas que operan en todos los sistemas y lo que como individuo siento, no lo que los otros esperan que haga.
Por ejemplo se preguntó cómo puede un estudiante sentirse y llegar a clases y rendir cuando durante el día tuvo conflictos con su familia, si incluso siente que la institución donde estudia es muy fría, quizá los amigos no lo apoyan en sus planteamientos. En este caso es muy probable que no rinda en sus tareas y sus obligaciones, porque está afectado por lo que siente.
La Licda. Reyes explicó que para que el vínculo sea saludable es necesario que haya un orden que evite las tensiones y los conflictos. Indicó que la edad y el bagaje de experiencias y saberes que esto conlleva, marca el lugar que las personas ocupan en el sistema, porque “se debe respetar la antigüedad”.
Todos tenemos un lugar en el sistema y un rol que cumplir en relación con los demás: el estudiante, el profesor, los padres, la universidad, etc., eso es importante comprenderlo para conocer el comportamiento de los sistemas, afirmó la conferencista. Añadió que el orden que rige “no es malo, mejor, ni peor, simplemente es lo que es” y es lo que mueve esa dinámica.
Aún cuando no se expresen las molestias que causan las dinámicas que se hayan establecido en un sistema, y tratamos de ignorarlas, nos genera tensión, enojo y malestar y son sensaciones que se arrastran y afectan las vinculaciones, aseveró la especialista.
Según lo afirmó una pregunta clave que se tiene que hacer en cuanto a los lugares que se ocupan en un sistema es ¿cuánto tomo y cuánto doy al sistema? En este sentido la psicóloga comentó que “el sistema se altera cuando alguien no aporta o cuando alguien no cumple su rol o no se ubica en el lugar que corresponde”. “El sistema no soporta los espacios vacíos” y hace lo que sea porque siga funcionando, argumentó.
Al analizar la situación que se presenta en la universidad como institución de educación dijo que aunque sea con muy buena intención en algunos casos la universidad se mete mucho en la vida del estudiante, porque no quiere que abandonen sus estudios, pero con esto según su criterio “le falta el respeto a la familia del estudiante”, porque a veces quiere cumplir un rol que no le corresponde.
Para Reyes la universidad tiene que dejar que ellos se vayan y se tomen un tiempo para pensar lo que harán en su vida, porque quizá están agobiados por conflictos en la esfera familiar. La institución educativa, “no puede reemplazar a la familia”, puede ser un refugio para algunas personas, pero no es su familia” y nunca lo va a ser, enfatizó. Si el estudiante se siente como un hijo del sistema educativo incluso se corre el riesgo de que “se vuelva demandante y hasta de que haga berrinches”, pues no cumple el rol que le corresponde.
De igual forma ocurre con el profesional que ofrece un servicio o el docente con sus alumnos, cuando estos le ponen barreras en el aula, no debe responder con regaños, no puede adoptarlos como hijos, sino que según lo expresó la psicóloga debe innovar y utilizar diferentes estrategias de abordaje y de comunicación, ser cuidadosos y respetuosos en el trato, y no perder de vista el rol de educador que debe cumplir.
La Licda. Reyes considera que el periodo de formación en una carrera universitaria es muy corto y que si se establece un vínculo saludable y cálido con cada profesor, el estudiante puede aprovechar y disfrutar el bagaje de conocimientos que cada uno tiene.
En este sentido manifestó que muchas veces los funcionarios de una organización presentan problemas en las relaciones con sus jefaturas porque arrastran conflictos con la figura de autoridad familiar, materna o paterna y que ven en sus jefes a esa autoridad que no han querido acatar.
Lo más importante para solucionar un conflicto es reconocer que existe, aunque sea muy fuerte, pero “a partir de eso viene la sanación”, pues de lo contrario se siguen repitiendo los comportamientos conflictivos, concluyó.
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