Saber aprovechar las nuevas coyunturas provocadas por la crisis económica, aprender las lecciones que en el campo financiero dejó la depresión mundial que inició en el 2008, hacer nuevas alianzas en el mercado internacional y avanzar institucionalmente para desarrollar las potencialidades en el campo agrícola, fueron algunas de las ideas que plantearon los panelistas que participaron en el Foro Institucional Crisis económica y cambio climático en Costa Rica.
La M.Sc. Doris Osterlof Obregón, politóloga y profesora de comercio internacional en la UCR y actual directora de la Secretaría General Iberoamericana con sede en Panamá; el profesor de la Escuela de Economía de la UCR Lic. Ronulfo Jiménez Rodríguez, investigador especializado en temas de pobreza, distribución del ingreso y sector financiero, y el doctor en economía agrícola y consultor internacional, de origen peruano Carlos Pomareda, quien actualmente es el presidente ejecutivo de Servicios Internacionales para el Desarrollo Empresarial y Gerente de Corporación Ganadera Los Laureles S.A. ofrecieron un panorama de la economía dentro del cambio climático.
La M.Sc. Osterlof considera que la crisis y el cambio climático han influido en el comercio internacional costarricense porque han provocando cambios en la estructura productiva de los países, tanto en la parte agrícola como en el turismo. Los agricultores han tenido que repensar, mejorar, variar y en algunos casos, sacar provecho de las nuevas tendencias.
El impacto en el turismo y los alimentos de exportación también han generado cambios por la reducción de la demanda, porque nuestros mayores mercados son el estadounidense y el europeo, regiones que han sido muy golpeadas por la crisis económica mundial.
Otro aspecto que ha influido en esta coyuntura de la economía es la competencia en costos de producción que ha provocado la expansión de las exportaciones provenientes de China.
Al respecto la especialista en comercio exterior sugirió buscar nuevas alianzas dentro del mismo continente (Sur-Sur) y procurar una mejor interconexión en materia de comercio internacional entre las entidades encargadas de producción, agricultura, economía, ambiente y energía, ciencia y tecnología, e incluso con el Ministerio de Trabajo, para generar políticas conjuntas.
El economista Ronulfo Jiménez Rodríguez analizó el sistema financiero costarricense en un contexto de crisis y valoró que en general las economías latinoamericanas y en especial la nacional, tenían características como la diversificación de las exportaciones y sistemas de supervisión, que les permitieron “sortear mejor la crisis”.
El país, dijo Jiménez, estaba en una condición de endeudamiento y déficit no tan aguda como otras naciones más poderosas. Esto se debe a que nuestro sistema financiero es más simple y el mercado de valores es casi inexistente. “Del mundo desarrollado nos daban lecciones, es paradójico, y nosotros lo estábamos haciendo mejor” afirmó el economista.
Al respecto añadió que el hecho de que nuestro sistema financiero estuviera menos integrado a los mercados internacionales fue positivo, porque hizo que la crisis no se transmitiera con tanta intensidad en el mercado local.
“Sí tuvimos un aumento de morosidad en los bancos, pero el sistema resistió la crisis” sostuvo Jiménez.
En cuanto al cambio climático el expositor destacó que hace un mes los bancos afiliados a la Asociación Bancaria firmaron un protocolo de compromisos ambientales, el cual se basa en las sugerencias que está haciendo la Organización de Naciones Unidas, acerca de la responsabilidad que tiene el sector financiero con el medio ambiente. La propuesta es que los bancos se comprometen a considerar los impactos ambientales que tengan sus propias actividades y las que ellos financian dentro de su cartera de crédito.
Dr. Carlos Pomareda considera que si Costa Rica está dispuesta a migrar hacia un desarrollo que contemple el tema ambiental, el proceso requiere de mucho diálogo entre todos los actores. Esto debido a que el cambio climático ha ido transformando el escenario agrícola en un problema cada vez más complejo y menos predecible.
La política y la inversión pública debe replantearse, dijo el especialista, quien considera vital el enfocarse en las emergencias que produce el clima, el riego debido a los inviernos más cortos y el drenaje.
Además Pomareda enfatizó en que el desarrollo tecnológico en el campo agrícola será un punto decisivo para el éxito en la agricultura en el futuro, así como la sanidad agropecuaria para combatir plagas y enfermedades.
Insistió el economista agrícola que el Estado invierta en mejores instituciones, lo que haría más viable el aprovechar las oportunidades que se nos brindan.
Al respecto destacó que en Guanacaste se han reducido las lluvias a menos de la tercera parte de lo que se registraba hace 50 años. “Las lluvias son más intensas, de menor duración y la erosión es más severa” y en el país no hay una cultura de riego, añadió.
Por otra parte, Costa Rica es el país de América Latina que usa más agroquímicos, un total de 54 kilos por hectárea, no obstante “estamos cumpliendo con la reglas internacionales” comentó Pomareda.
El expositor también llamó la atención por el creciente poder adquisitivo de los países que más consumen alimentos, “esto va a tener influencia en los precios” dijo. Agregó finalmente que para asegurar su alimentación los países más populosos han empezado a adquirir fincas agrícolas en otras naciones. Las seis corporaciones más grandes del mundo han comprado muchas tierras en África, Argentina y Australia (10 millones de hectáreas) para producir sus alimentos. Recordó que son solo cinco las corporaciones que controlan el 80% del mercado mundial de productos básicos.
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