La participación ciudadana y su influencia en el desarrollo urbano, son elementos vitales en el proceso de construcción de diseños inclusivos del hábitat; a esta conclusión llegaron algunos especialistas en trabajo social y arquitectura, de la Universidad de Michigan, Carolina del Norte y Colombia, el pasado 23 de agosto, en el seminario: “Participación y diversidad social”.
El Dr. Barry Checkoway, profesor de planificación urbana y trabajo social de la Universidad de Michigan; el M.Sc. Henry Sanoff, profesor emérito de la Universidad Estatal de Carolina del Norte; y el Arq. Alfonso Solano de Francisco, profesor emérito de la Pontificia Universidad Javeriana, encargados de dictar el seminario; aseguraron que en la actualidad la arquitectura no debe ser vista como una disciplina que simplemente solucione las necesidades de vivienda del ser humano, sino más bien, como un arte que integre, recree y mejore el estilo de vida de las personas.
Para ello, los especialistas expusieron, una serie de estrategias y pasos para involucrar a la ciudadanía, en el proceso de toma de decisiones, sobre temas relacionados con la delimitación del espacio público y privado.
El Dr. Barry Checkoway, quien ha trabajado el tema de la promoción de políticas de la comunidad, el desarrollo de la vecindad y la planificación urbana; planteó la necesidad de mirar el diseño del hábitat, como un punto, en el cual, convergen la diversidad social y la democracia.
Según Checkoway, una sociedad democrática es aquella que reconoce las diferencias y valora esa diversidad, como un activo. Para él, esa diversidad no puede ser minimizada por ninguna política de desarrollo urbano, puesto que es ineludible, el hecho de que muchos países son multiculturales y de que esa multiculturalidad debe ser tomada en cuenta, por quienes diseñan y limitan los espacios físicos.
Al igual que Checkoway; el M.Sc. Henry Sanoff, considerado uno de los padres del diseño participativo, manifestó la importancia de que un arquitecto sea capaz de integrar en el diseño del espacio, la visión y el contexto social e histórico de quienes utilizan el entorno físico, con el fin de crear espacios más receptivos a las necesidades humanas.
Sanoff, también se refirió al cambio del perfil del arquitecto, ya que desde el enfoque del diseño participativo, los profesionales de esta área deben sortear los obstáculos políticos y burocráticos que impiden la inclusión de grupos minoritarios.
Por su parte, el Arq. Alfonso Solano de Francisco manifestó que la arquitectura, es una disciplina en la cual priva el factor humano por encima del gusto y la estética, por lo que, la mayoría de proyectos habitacionales deberían ser creados por equipos interdisciplinarios, que tomen en cuenta todas las aristas de la vida cotidiana del ser humano.
Según Solano, es importante que los arquitectos reconozcan la “inteligencia colectiva” de las comunidades, puesto que es mucho más fuerte que la visión de un “simple arquitecto”.
Al final de sus ponencias, los expositores concluyeron que el diseño participativo debe incluir además de la representatividad de los grupos; estrategias y pasos para motivar a las personas y comunidades a exigir espacios que sean diseñados de acuerdo con sus necesidades.
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