Universidad de Costa Rica
En el censo nacional de población que se realizó entre el 30 de mayo y el 3 de junio del 2011 trabajaron un total de 35.000 personas en su mayoría maestros y maestras, pero además cerca de 9.000 fueron vecinos y vecinas de diversas comunidades de todo el país, quienes colaboraron como censistas y alrededor de 1.100 trabajaron en operativos especiales.
León XIII, La Carpio, Los Cuadros de Purral de Guadalupe y Pavas fueron algunas de las comunidades donde se realizaron operativos especiales debido a la inseguridad, y donde los miembros de la comunidad que trabajaron como censistas se enfrentaron a diversos obstáculos y deficiencias del proceso.
Desde la mala calidad de los lápices que se les entregó para llenar la documentación hasta mapas de ubicación que no reflejaban la cantidad, ni la ubicación de hogares a censar, fueron algunas de las quejas que un grupo de mujeres líderes de comunidades josefinas y heredianas hicieron al Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC).
Las mujeres tuvieron oportunidad de expresar su parecer ante la Licda. Elizabeth Solano Salazar, coordinadora del Censo 2011 del INEC en la mesa redonda “Operativos especiales y censo 2011: experiencia desde las comunidades y el INEC” que se realizó en el Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad de Costa Rica el 30 de junio.
En este foro, las señoras Alba Luz Álvarez Cuadra, coordinadora del Comité Sociocultural de La Carpio, Ana Martínez Rodríguez de la Asociación de Vecinos del Triángulo de la Solidaridad, María Elena Murillo representante voluntaria de la comunidad de Guararí de Heredia, Rosa Delgado Saborío Presidenta de la Asociación Pro Vivienda Las Pavas (Asovipa) contaron las experiencias vividas en cada una de sus comunidades, las cuales son consideradas como lugares con problemas de inseguridad.
La Licda. Elizabeth Solano Salazar explicó que los operativos especiales son procedimientos para levantar la información censal que se realizan de manera diferente, debido a razones como el difícil acceso como es el caso de las comunidades indígenas, en viviendas colectivas como cárceles u hogares de ancianos y también en comunidades con problemas de inseguridad.
Se identificaron comunidades donde los maestros mostraron cierta resistencia para ingresar, por lo que el INEC contactó a líderes comunales y asociaciones de desarrollo y les dio una capacitación de dos días para que conocieran cómo levantar la información censal. Además el INEC debió proporcionar un equipo de apoyo durante el censo y el material necesario para llevar a cabo la tarea.
Alba Luz Álvarez, representante de la comunidad de La Carpio destacó la importancia de que “una población tan etiquetada y estigmatizada como la población migrante participe en este trabajo de gran envergadura como es un censo, realizar una radiografía de una comunidad tan extensa…para nosotros fue maravilloso”. Sin embargo, Álvarez también señaló que persisten prejuicios y temores hacia estas comunidades, la capacitación fue insuficiente y no hubo claridad en la forma de pago y faltó acompañamiento.
Por su parte, Ana Martínez Rodríguez de la Asociación de Vecinos del Triángulo de la Solidaridad dijo que la mayor participación fue de mujeres quienes recibieron cuatro días de capacitación y se comprometieron con el Censo. Entre los fallos mencionó la falta de un supervisor y el material que llegó tarde y que tampoco hubo claridad en la fecha de pago.
La Licda. Elizabeth Solano reconoció que en algunas comunidades como La Carpio hubo problemas en la cartografía porque faltó previsión en la definición de los sectores de esa región. Además aprovechó la ocasión para agradecer a las personas de las comunidades que trabajaron comprometidamente para llevar a cabo el Censo 2011 y les aseguró que el INEC les haría el pago correspondiente por su colaboración.
