Drogas, mala alimentación, infraestructura en mal estado, estrés excesivo, entre otros problemas, fueron presentados como conclusiones de una encuesta realizada en la cárcel para mujeres El Buen Pastor por parte de la Mag. Olga Marta Mena Pacheco, profesora de la Facultad de Derecho de la UCR.
Así sucedió en la mesa redonda titulada Cárceles y derechos fundamentales, actividad que se desarrolló en el Salón de Expresidentes de la Corte Suprema de Justicia el jueves 21 de julio y organizada por la Vicerrectoría de Investigación, el Instituto de Investigaciones Psicológicas (IIP) y la Comisión Interdisciplinaria e Interinstitucional en Violencia y Sociedad de la Universidad de Costa Rica (UCR).
La autora del estudio en cuestión mencionó que El Buen Pastor tiene una capacidad para albergar 564 privadas de libertad y para el mes de mayo del 2010 había 560 mujeres allí recluidas. La población total en el sistema penitenciario del país es de 9948 personas, por lo que las mujeres representan un 5%.
Creciente problemática
Según explicó Mena Pacheco, al finalizar el trabajo concluyó que el 84% de las mujeres de El Buen Pastor considera que la infraestructura está en regular o mal estado, casi el 100% dijo que no se les ha informado sobre procedimientos en casos de emergencia y un 80% afirmaron que consiguen la droga dentro del centro penal.
“En cuanto a la alimentación ellas dijeron que lo que les sirven todos los días es arroz con salchichas, por lo que la nutrición no es bien vista por ellas, aunque comentaron que la cantidad que les sirven es suficiente”, acotó.
Existen dietas diferentes para quienes padecen de alguna enfermedad, admitió Mena Pacheco, pero las privadas de libertad aseguran que prefieren la comida regular porque las otras son de peor calidad.
Esta investigación se centró en los derechos derivados de la custodia y condiciones carcelarias dignas en relación con infraestructura, salud, educación, trabajo, alimentación, régimen de visitas y recreación.
“Las políticas de tolerancia cero y mano dura contra la delincuencia se han convertido en un fin en si mismo, dejando de lado el respeto y dignidad de las personas, además la sobrepoblación de las cárceles dificulta la disciplina y en consecuencia se les vulnera sus derechos al tener que imponer medidas restrictivas para mantener el orden y el control”, agregó Mena Pacheco.
La cárcel de mujeres siempre ha estado situada en lugares insalubres, aseguró Mena Pacheco, además no tiene presupuestos suficientes para satisfacer ciertas necesidades básicas de higiene y la vida de las mujeres en ciertos módulos corre peligro por el mal estado de las instalaciones, sentenció.
En la actividad estuvo presente el subdirector de Adaptación Social, licenciado Reynaldo Villalobos Zúñiga, quien argumentó que dicho centro penal no se construyó con un criterio de género pero aseguró que hacia eso se encaminan.
“Veo actividad en talleres y veo actividad en los cursos, si veo situaciones que no me gustan como deambulación y trasiego de cosas entre las mismas privadas de libertad, es parte de esto, pero si las personas tuvieran conciencia sería diferente. Yo prefiero que se dé una visita familiar de tu a tu, que no detrás de un vidrio con lo que no genero más que angustia”, mencionó Villalobos Zúñiga.
El Subdirector de Adaptación Social indicó también que se hacen esfuerzos adicionales para mejorar el modo de vida de las privadas de libertad impartiendo cursos de primaria y secundaria, sobre cultura y arte, además de promover el acercamiento con los seres queridos.
En la mesa redonda estuvieron además el Dr. Alfredo Chirino Sánchez, también profesor de la Facultad de Derecho, y el Dr. Gilbert Armijo Sancho, magistrado de la Sala Constitucional y quien fungió como moderador.
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