"Saber no es suficiente, debemos aplicarlo. Querer no es suficiente debemos hacerlo". Esas palabras del escritor y científico alemán Johann Wolfgan von Goethe, resumen en mucho el mensaje de la charla Museos, Ciencias Cognoscitivas y Neurociencias, organizada por el Centro de Investigación en Identidad y Cultura Latinoamericanas (CIICLA) y el Museo+UCR, en el marco del Día Internacional de los Museos que se celebró el 18 de mayo.
Cómo atrapa el ser humano el conocimiento, cómo es su proceso de aprendizaje y de adaptación al entorno; así como el aporte de las ciencias cognoscitivas para entender el aprendizaje, fueron los temas abarcados en la charla que tuvo lugar en el mini auditorio Joaquín Gutiérrez, de la Facultad de Letras.
En referencia al tema del 2011 para el Día Internacional de los Museos, Museo y Memoria, el MS.c. Félix Barboza, encargado del Museo+UCR, hizo una reflexión sobre el papel de los museos en el proceso de aprendizaje del ser humano. Exhortó al público a acercarse a los museos, que actualmente tienen una dinámica más interactiva, como espacios en los cuales pueden aprender y palabras como memoria, educación, conocimiento, pensar, interpretación, son parte de su propuesta.
Barboza mencionó que según datos obtenidos en estudios sobre los visitantes de museos y parques nacionales, la persona retiene el 10% de lo que oye, el 30% de lo que lee, el 50% de lo que ve y el 90% de lo que interactúa, por ello la importancia de la interacción en el proceso de aprendizaje. Con dichos datos como referente, concluyó su reflexión sobre el papel de los museos con el proverbio chino: “dime y olvidaré, muéstrame y podría recordar, involúcrame y entenderé”.
Neuronas y experiencias
Como un complejo camino de neuronas y experiencias vivenciales definió el Dr. Jaime Fornaguera director Programa de Investigaciones en Neurociencias, la ruta del aprendizaje por la que debe transitar el ser humano, al tratar de responder la pregunta: ¿podemos aprender cómo aprende el cerebro? Enfatizó el especialista que la experiencia nos cambia, el encuentro con nuestro ambiente altera nuestra conducta mediante la codificación de nuestro sistema nervioso, y que aun cuando el aprendizaje de una tarea parezca simple, sus implicaciones para el organismo son complejas.
El aprendizaje ocurre a lo largo de la vida, es todo lo que vivamos y lo que nos aporta el ambiente; se da a cada instante y reaccionamos de acuerdo con la información de instantes anteriores. “El aprendizaje no es algo que tengamos que evaluar en un aula y que requiera una calificación, es todo lo que estamos viviendo”, subrayó Fornaguera.
Para los neurocientíficos, explicó el experto, el aprendizaje se fundamenta en el sistema nervioso, por lo que entrar en él es fundamental. Hoy en día, gracias a la tecnología podemos ver las neuronas y las conexiones entre ellas, lo que se denomina sinapsis: conexiones que serán estimuladas o no dependiendo de la experiencia y diferentes actividades de las células. Cuando hay una conexión (sinapsis) entre las células se liberan sustancias químicas, llamadas neurotransmisores, que permiten la comunicación pues pasan información de una neurona a otra, lo que genera un cambio. El ser humano tiene mil millones de neuronas y su función es la comunicación.
Esas conexiones son cruciales para los procesos biológicos que subyacen bajo la percepción y el pensamiento. También son el medio por el cual el sistema nervioso conecta y controla todos los sistemas del cuerpo.
Nunca es tarde para aprender
El cerebro tiene la capacidad de modificarse durante toda la vida de una persona, reaccionaremos de acuerdo con la información de todos los instantes anteriores, esto se llama memoria. Y el resultado del aprendizaje es la conducta.
La conducta y el aprendizaje tienen su base en todos esos procesos, “siempre tendremos que tomar en cuenta el ambiente que modifica los procesos y que es parte fundamental de los procesos de aprendizaje” enfatizó Fornaguera.
Característica importante e inherente al aprendizaje es la plasticidad, definida por los expertos como la capacidad que tiene el sistema nervioso para responder y sobre todo para adaptarse a las modificaciones que sobrevienen en su entorno; las diferentes estrategias para lograr lo mismo.
Paralelo a esa plasticidad que caracteriza el proceso de aprendizaje del ser humano, explicó Fornaguera, se encuentra la estrategia colaborativa y el aprendizaje conjunto; no solo aprendemos de los demás, sino con los demás. La motivación propia y el ambiente tienen influencia sobre nuestro aprendizaje.
Ciencias cognoscitivas: trampolín a la acción
En ese intrincado camino del aprendizaje, de cómo aprende el cerebro; han aparecido a lo largo de la historia diversas ciencias y enfoques que han aportado herramientas para el estudio de los procesos mentales implicados en el conocimiento.
Desde la filosofía, pasando por las primeras teorías psicológicas, la psicología cognitiva, hasta la inteligencia artificial y la neurociencia; todos esos campos han contribuido a saber más sobre la percepción, la memoria, la solución de problemas, el razonamiento, el lenguaje, la formación de conceptos, la conciencia, explicó el Dr. Mauricio Molina Delgado, del Instituto de Investigaciones Psicológicas (IIP), durante su exposición en la charla.
Entre tales enfoques encontramos la psicología cognitiva, íntimamente unida a la psicología de la percepción y a la psicología experimental. Estudia los procesos de pensamiento y la elaboración de ideas. A estas elaboraciones se les denomina percepciones y a su procesamiento cogniciones.
Aprender cómo aprende el cerebro encuentra entonces respuestas también desde la óptica de las ciencias cognitivas que se preocupan por conocer cómo las personas entienden el mundo en el que viven y también cómo los seres humanos toman la información sensorial entrante y la transforman, sintetizan, elaboran, almacenan, recuperan y finalmente hacen uso de ellas.