El uso de ácaros como materia para la investigación forense y su importancia en la recolección de indicios, fue el tema central de la charla que presentó la Dra. María Alejandra Perotti de la Escuela de Ciencias Biológicas de la Universidad de Reading del Reino Unido.
La conferencia la organizó el Centro de Investigaciones de Estructuras Microscópicas (CIEMIC) de la Universidad de Costa Rica y la Vicerretoría de Investigación, aprovechando la visita de la Dra. Perotti al país para compartir con sus homólogos.
La acarología forense se refiere a la aplicación de la biología de los ácaros en un marco o contexto legal.
El tema de acarología forense no es nuevo, se remonta a mediados del siglo XIX, cuando el investigador francés Jean Pierre Mégnin incluyó los ácaros como fuente de información en sus estudios. Sin embargo, esto no se incorporó al uso en casos forenses hasta tiempo muy reciente. No obstante, desde hace siglos se tiene conocimiento del uso de insectos para este propósito -entomología forense- que es lo que predomina hoy en día.
“Lo que nosotros estamos encontrando es que la acarología forense tiene un poco más de profundidad que la entomología forense. Una de las razones es que son organismos muy pequeños y son instrumento para el seguimiento de evidencia” explicó la especialista.
Desde el 2006, la Dra. Perotti en colaboración con el Dr. Bryan Turner, entomólogo forense británico, la Dra. Anne Baker, acaróloga del Museo de Historia Natural de Londres y la profesora Marta Saloña, entomóloga forense de la Universidad del País Vasco en España, iniciaron una extensa investigación en acarología forense.
El estudio de los ácaros en una escena de un crimen o como parte de la evidencia que se puede recolectar, presenta funciones muy importantes. Por ejemplo, se pueden utilizar para determinar casos de contaminación en alimentos, para rastrear cargamentos de substancias ilegales, así como en la investigación de asesinatos, desaparición de personas o casos de negligencia.
Dentro de los principales hallazgos de la investigación, se encontró que los ácaros están siempre presentes, incluso en ambientes donde la presencia de insectos es tardía. El conocimiento de la biología de estos microscópicos organismos puede ayudar a determinar el tiempo, causa o lugar de una muerte.
Aunque se puede determinar que la acarología forense tiene sus inicios con los estudios de Mégnin, es una disciplina que apenas está dando sus primeros pasos y hay muy pocos expertos en este campo.
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