27 abr 2011Vida UCR

Doce estudiantes de primer ingreso de la Universidad de Costa Rica fueron galardonados con el Premio Riguibo, que otorga la Fundación Ricardo Guilá Borrasé.

Se trata de estudiantes provenientes de colegios públicos del país, quienes obtuvieron los mejores promedios en la Prueba de Admisión a la Institución en el año 2010.

El Premio consistió en un cheque por ¢500 000, que otorgó personalmente don Ricardo Guilá a cada uno  de los galardonados, y un certificado de reconocimiento.

Este acto se llevó a cabo en el Salón Multiusos de la Escuela de Estudios Generales y contó con la participación del vicerrector de Vida Estudiantil, Dr. Carlos Villalobos; las y los estudiantes premiados, sus familiares y galardonados de años anteriores; el Ing. Ricardo Guilá, su hijo Felipe, su nuera Rosa María y su nieta Paula Guilá Esquivel.

El Dr. Villalobos aprovechó esta ocasión para hacer un reconocimiento público a doña Rosita Moya (q.p.d.), quien fuera esposa de don Ricardo y figura central de este Premio. Al respecto señaló que fue un soporte fundamental y un ejemplo de lo que son las mujeres de nuestra cultura.

También motivó a la familia Guilá a seguir adelante con este Premio, y a las y los estudiantes a ser fieles a este compromiso y a la fuerza de que son depositarios, “sobre todo pensando en lo que ustedes llegarán ser para nuestra nación”.

Por su parte, el Sr. Felipe Guilá expresó que su madre, doña Rosita, fue la principal motivadora de esta Fundación, de la cual fue su secretaria, puesto que ahora desempeña su nieta Paula Guilá Esquivel.

Además mencionó que este es el quinto año en que se otorga este galardón, el cual fue creado en el 2007, cuando se premiaron dos estudiantes; con el paso del tiempo se han ido amentando el número de jóvenes galardonados, de manera que en el 2008 fueron cuatro ganadores, en el 2009  siete, en el 2010 nueve y en esta ocasión 12, para un total de 34 premios otorgados.

Agregó que con ello se busca sembrar en las y los estudiantes deseos de ser solidarios con quienes los rodean y crear profesionales con conciencia social, capaces de dar lo mejor de sí mismos.

Jóvenes galardonados

Este año las y los jóvenes galardonados con el Premio Riguibo son Jorge Asdrúbal Villalobos Alvarado, del Liceo de San Carlos, mejor promedio de admisión 2010 con un 800 y quien cursa la carrera de Física; Andrea Moreno Carvajal, del Liceo de Chacarita, con un 777,04 y estudiante de Microbiología; Miguel Julián Pacheco Leiva, del Colegio Técnico Profesional de Ulloa, con un 765, 52, quien también estudia Microbiología, y Siviany Gerardo Araya Vargas, del Colegio Científico del Atlántico, con un 748,24, quien cursa Ciencias Actuariales.

También fueron premiados Jason Gerardo Moraga Umaña, del Colegio Técnico Profesional de Puntarenas, con un promedio de 743,29, quien estudia Biología; Jeancarlos Méndez Calvo, del Colegio Científico Costarricense de San Pedro, con un 740,17, quien cursa Ingeniería Eléctrica; Audie Alexander Arce Muñoz, del Liceo de Alajuelita, con un 736, 54 y estudiante de Medicina, y Sharon Monge Campos, del Colegio Científico de Alajuela, con un 734,9, quien también estudia Medicina.

Además recibieron el “Riguibo” Antony Alberto Badilla Chaves, del Liceo Enrique Guier Sáenz, con una nota de 734,15, quien cursa Medicina; Luis Carlos Abarca Mora, del Colegio Técnico Profesional San Pablo de León Cortes, con un 731, 28, quien estudia Ingeniería Civil; Andrea Morales Morales, del Colegio Vocacional Monseñor Sanabria, con un 731, 03 y estudiante de Microbiología, y Freddy Mauricio Murillo Sibaja, del Colegio Técnico Profesional Nataniel Arias, con un 726, 83, quien cursa Ingeniería Industrial.

Agradecidos con Premio

El estudiante Jorge Asdrúbal Villalobos manifestó su agradecimiento con la Fundación Ricardo Guilá, porque este premio es un gran incentivo para continuar con los estudios y costear algún gasto importante, como la compra de computadora, libros y materiales universitarios.

Actualmente cursa los Estudios Generales, lo cual ha sido una experiencia muy bonita para él, pues le ha permitido convivir con muchas personas.

Por su parte Andrea Moreno expresó que este premio es una gran ayuda, una bendición, un gran empuje y una motivación para seguir adelante.

A ella le gustaría replicar la idea del fondo solidario, porque siempre ha pensado que se debe ayudar a los demás, no como una obligación, sino de corazón, “ya que así como nosotros hemos recibido esta ayuda también debemos contribuir a que otras personas salgan adelante”.

Asimismo Miguel Julián Pacheco señaló que este es un proyecto muy grato, porque constituye un importante incentivo “para que continuemos esforzándonos en nuestros estudios”.

Para él este primer año de estudios universitarios, aunque ha sido un poco duro pues es otro nivel de formación, también ha sido muy agradable, “porque se conoce mucha gente y los docentes son muy profesionales”.