“Hay que estar alertas, porque los logros conquistados se pueden perder”, advirtió una activista femenina durante un foro, en el que se realizó un balance a 100 años de la celebración del 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer. La actividad fue organizada por el Centro de Investigación en Estudios de la Mujer (CIEM) y el Programa de Posgrado en Estudios de la Mujer, de la Universidad de Costa Rica (UCR), con la participación de mujeres feministas y académicas.
Las feministas coincidieron en que la década de los años noventa fue uno de los momentos históricos más importantes en Costa Rica para el reconocimiento de la ciudadanía de las mujeres y su presencia en la vida pública del país.
Manifestaron, además, que aunque se han alcanzado importantes avances en el campo laboral, educativo y económico, persiste un sistema de discriminación, subordinación y explotación de las mujeres, que trata de echar abajo lo construido.
La M.Sc. Ana Carcedo Cabañas, de la organización Cefemina, explicó que “a lo largo de toda la historia de la humanidad ha existido el patriarcado y esta es la estructura jerárquica más universal, más constante y más duradera. Entonces no es de extrañar que sea una estructura muy camaleónica, con mucha capacidad de transformación, de adaptarse, de cambiar de forma y de color”.
Carcedo definió lo que para ella significa pelear por los derechos de la mitad de la población del planeta y dijo que luchar por la igualdad de las mujeres va más allá que sumar años y sumar propuestas en favor de las mujeres. “Es una tarea de vida no solamente para muchas de nosotros, es una tarea de vida para la humanidad”, expresó.
Según la activista, el gran logro del feminismo costarricense ha sido incluir en la agenda política nacional las demandas de las mujeres, lo cual llevó a importantes cambios en diferentes campos, como el jurídico y el institucional.
Con ella estuvo de acuerdo la M.Sc. Lorena Camacho de la O, profesora de la Maestría en Estudios de la Mujer de la UCR, quien opinó que uno de los aportes del feminismo y de los movimientos de mujeres es “nombrar lo que no tiene nombre, conceptualizar y politizar, porque el feminismo es una opción de vida y un movimiento político, pero también es una teoría acerca de la discriminación de las mujeres”.
Se le puso nombre a la violencia contra las mujeres y al hostigamiento sexual, y esto se tradujo en una gran cantidad de propuestas que se plasmaron en políticas públicas que han favorecido a la población femenina del país.
Para Camacho, una de las particularidades del feminismo es que logró dar respuesta a la interrogante de porqué la falta de poder personal, social, económico y político de las mujeres, una pregunta que no se han hecho otros movimientos sociales.
Con los lemas: “lo personal es político” y “la democracia en el país, en la casa y en la cama”, las feministas lograron establecer las interrelaciones entre la esfera pública y privada, recordó, al enumerar una serie de contribuciones y acciones de los grupos feministas y de mujeres del país, especialmente durante los años noventa.
Entre los desafíos para el futuro, Camacho citó la definición de una agenda femenina, reivindicar los aportes del feminismo para la sociedad y reconocer los caminos recorridos.
Derechos se pueden perder
Ana Hernández Bolaños, dirigente de la Alianza de Mujeres Costarricenses, una organización creada a mediados del siglo pasado, se refirió a la situación actual que viven miles de mujeres, especialmente las mujeres obreras, cuyos derechos fundamentales son atropellados diariamente en sus centros de trabajo.
Al respecto, recordó que está pendiente superar la diferencia salarial entre hombres y mujeres y destacó la necesidad de reivindicar el derecho a la organización, a la seguridad social, a la educación y los derechos sexuales y reproductivos.
Citó a la dirigente política alemana Clara Zetkin, cuyo legado aún mantiene vigencia, quien motivó a las mujeres para que tomaran en sus manos la lucha por la emancipación y la desigualdad en los campos económico, social, político y cultural, demandaran la paz y lucharan en defensa de sus derechos.
Sin embargo, aseveró, este 8 de marzo sirvió para hacer un alto en el camino y reflexionar que “si tomamos en cuenta los aportes que hemos hecho a lo largo de la historia, esto nos hace estar alertas permanentemente, porque los logros conquistados los podemos perder”.
Otras de las expositoras fue la académica de la Maestría en Historia de la Universidad Nacional (UNA), Dra. Patricia Alvarenga Venutolo, quien reconoció que la posición actual de las mujeres en la sociedad se debe a la acción política de las dirigentes feministas.
“No hay duda de que en estos 100 años de la celebración del Día de la Mujer y en los más de 100 años que tienen las luchas feministas, las mujeres hemos logrado muchísimo. Nuestra vida sería inconcebible sin las luchas feministas”, aseguró Alvarenga, aunque agregó que todavía falta mucho por hacer.
A pesar de estos avances, la historiadora dijo que sus investigaciones la han llevado a hacerse una serie de preguntas acerca de los retos que estos movimientos enfrentan en la actualidad. Uno de ellos tiene que ver con los imaginarios sociales que todavía tienen mucha fuerza en la sociedad, como por ejemplo el poder masculino sustentado en el acto sexual.
“A la mujer se le asigna socialmente una identidad relacionada con su relación sexual con el hombre”, aseveró, y el problema está en cómo romper esa relación de poder en el acto mismo de la sexualidad, que se ha reproducido en la historia de la humanidad.
La mesa redonda fue moderada por la Dra. Mirta González Suárez, subdirectora del CIEM.