Pescadores artesanales de Manzanillo, Puerto Viejo y Cahuita se están organizando para integrarse a un proyecto de acción social mediante investigación-participación cuyo objetivo es restaurar el hábitat y las poblaciones de langostas, que han sufrido una disminución drástica en los últimos años por técnicas pesqueras de alto impacto, sobrepesca y posiblemente por falta de refugio y alimento.
La iniciativa cuenta con el apoyo de un grupo de docentes de la Sede de Limón de la Universidad de Costa Rica y se desarrolla con fondos de la Ley de Pesca.
También se ha constatado que cada vez son menos las langostas en estado adulto como resultado de la pesca de especímenes pequeños y los pescadores aseguran que mar adentro hay embarcaciones pesqueras que utilizan redes de enmalle y de arrastre, técnica que impacta principalmente a las poblaciones de langosta migratoria.
Los pescadores han mostrado mucho interés en la iniciativa porque son consientes de que tanto económica como culturalmente, dependen de la pesca de esta especie. Ellos poseen mucha experiencia en su trabajo y conocimientos empíricos sobre los recursos del mar, que les permiten, por ejemplo, asociar la disminución de la langosta con la desaparición de un alga que les servía de alimento.
El biólogo Raúl Rojas, docente de la Sede de Limón, explica dicha desaparición como resultado de una posible sobrepesca, en concurso con la contaminación por sedimentos y posiblemente por agroquímicos, asociados a las actividades agrícolas, especialmente al cultivo del banano. “La misma sedimentación es la causa de que la gran parte del arrecife coralino del Caribe sur, que sirve de hábitat a la langosta y a otras especies, esté muerto”, dijo Rojas.
Detalló además que “en la primera fase de la investigación, los pescadores participarán recolectando e interpretando datos con la mediación del biólogo y en un segundo momento, se involucrarán en un experimento de validación de hábitat artificiales para la langosta”.
Como parte del proyecto que impulsa la Sede, se busca también fortalecer la organización de los pescadores, mediante la reactivación de una asociación, para que unidos, puedan incidir en las decisiones que se toman en materia de políticas pesqueras de la langosta. De igual manera, para que colectivamente establezcan acuerdos y normas para el uso responsable del recurso y del ecosistema del que forman parte.
“Entre más conocimientos tengan los pescadores sobre el recurso y su relación con el ecosistema y, entre más fuerte sea su organización, mayor será su capacidad para manejar el recursos y para interactuar con las autoridades del ramo”, concluyó Raúl Rojas.© 2024 Universidad de Costa Rica - Tel. 2511-4000. Aviso Legal. Última actualización: noviembre, 2024