10 feb 2011Gestión UCR

Las investigadoras de la Universidad Nacional Autónoma de México, maestras Bertha Orozco Fuentes y Lourdes Chehaibar Nader y la investigadora de la Universidad de Costa Rica, M Sc. Rita Meoño Molina, instaron a la UCR a abrirse al diálogo sobre el papel que juega la educación superior en la sociedad latinoamericana.

El conversatorio ¿Hacia donde marcha la investigación en Educación Superior? formó parte de las actividades del II Congreso Internacional de Investigación Educativa y sirvió de escenario para que estas tres conocedoras del ámbito de las universidades públicas, expusieran sus preocupaciones con respecto a la forma en que se abordan los estudios sobre educación superior y cómo estos contribuyen en la satisfacción de necesidades sociales preponderantes.

La pedagoga Bertha Orozco aseguró que el “vínculo estrecho entre universidad y sociedad” es el elemento diferenciador de las universidades públicas en América Latina, con respecto a otros entes de educación superior. Sin embargo enfatizó en que estos vínculos se han debilitado a causa del sistema que impera en la sociedad.

En esta misma línea, Meoño y Chehaibar aseguraron que el origen de las transformaciones que sufren las universidades públicas, recae en el sistema capitalista, pues “ha mercantilizado lo que antes tenía un valor meramente social, como la investigación”, confirmó la trabajadora social.

“Así, la educación superior se convierte en una mercancía viva, pues los propósitos del mercado absorben el bien público”, agregó.

Algunas de las presiones que sufre América Latina son las reformas en torno al financiamiento para estudios en universidades privadas -becas para sus estudiantes, que se las da el propio estado.

De esta forma, se reduce el recurso para el sector público. También el impulso para la creación de entes de educación superior privados que sean “eficientes y flexibles para el mercado laboral” y que cumpla con las características que exige el sistema.

Recarga laboral.

Otro de los temas que abordaron las especialistas fue la crítica a la recarga laboral que aflige a los investigadores de las universidades públicas en América Latina.

Según las ponentes, en varios países a los y las investigadoras se les califica por producción en masa y no por la calidad de sus investigaciones, lo que desemboca en estudios de menor impacto a nivel social y académico.

“La formación universitaria no debe calificar para el mercado, debe calificar para la vida, porque la educación no es una mercancía”, finalizó Meoño.