Por tierra y por mar viajó la prueba de admisión de la Universidad de Costa Rica (UCR) hasta la isla de Chira, localizada en el golfo de Nicoya, en donde un grupo de jóvenes esperan ver cumplido su sueño de ingresar el próximo año a este centro de educación superior y convertirse en profesionales.
“Me gustaría estudiar Inglés para dar clases en la escuela de Palito”, dijo muy decidido Daniel Medina Cruz, estudiante de último año del Liceo Isla de Chira, en donde el pasado 18 de setiembre se aplicó por primera vez la Prueba de Aptitud Académica (PAA) de la UCR a 18 estudiantes, 14 hombres y cuatro mujeres, que de un total de 25 alumnos de undécimo año realizaron la prueba.
La UCR realizó este año por primera vez la prueba en cuatro sitios de la provincia de Puntarenas, entre ellos la Isla de Chira, con el objetivo de garantizar más equidad en el acceso a la educación superior y de brindar mayores oportunidades a estudiantes de zonas rurales de difícil acceso.
El Vicerrector de Vida Estudiantil, Magister Carlos Villalobos Villalobos, viajó a la isla, y junto con la coordinadora del Programa de Voluntariado de esta Vicerrectoría, Magistra Ligia Delgadillo Solano, tuvieron a su cargo la aplicación de la PAA.
Daniel Medina es un buen ejemplo de las aspiraciones de superación de los jóvenes de Chira y su deseo de volver como profesionales para contribuir con el desarrollo de su comunidad.
Sin embargo, las oportunidades educativas de esta población están fuera de la isla. “La mayoría de jóvenes que terminan el colegio se quedan aquí rezagados, otros salen de la isla y no regresan”, expresó este hijo de pescadores de 19 años y con cinco hermanos.
El Liceo de Isla de Chira fue fundado hace 14 años y cuenta con alrededor de 180 alumnos. Además, en la isla hay tres escuelas distribuidas en los principales centros de población: Palito, San Antonio y Jícaro.
Anteriormente, los estudiantes interesados en realizar la prueba de admisión de la UCR tenían que trasladarse a la ciudad de Puntarenas, lo que representaba una limitación geográfica y económica. Si bien Chira se encuentra a 45 minutos en lancha desde ese puerto, el costo solo en pasajes es de ¢8 800.
“Esta es una oportunidad única, nosotros fuimos los afortunados al ser los primeros en realizar este examen aquí, ya que en los años anteriores muchos chicos no podían salir a hacerlo por cuestiones económicas”, manifestó muy entusiasmada Marilyn Gómez Vargas, otra de las estudiantes de Chira, que tiene como meta estudiar Psicología y, como segunda opción, Administración de Negocios.
Esta joven padece una discapacidad física como consecuencia de una enfermedad genética que afecta la movilidad de las extremidades.
No obstante, para ella el estudio es primordial. “Me gustaría ingresar a la UCR, no importa a cuál sede, me encanta estudiar, mi tiempo se lo dedico al estudio”, dijo Marilyn, calificada por sus compañeros y su madre, Vianey Vargas, como “una estudiante muy aplicada, inteligente y responsable”.
Chira tiene una extensión de 43 kilómetros cuadrados y una población de más de 3 000 habitantes. Cuenta con los principales servicios públicos, tales como electricidad, Internet, agua y un moderno Ebais de la Caja Costarricense de Seguro Social; si embargo, todavía no hay acceso a servicios bancarios dentro de la isla.
La principal fuente de empleo para los isleños es la pesca, pero en los últimos años este recurso ha disminuido y en época de veda las familias reciben un subsidio del Estado.
Esta situación restringe mucho las posibilidades de desarrollo de la población joven, opinó Fabiola Martínez, para quien el empleo es clave para evitar la emigración de Chira. “Nos faltan más fuentes de empleo. La pesca ya no da y el turismo está poco desarrollado, por eso hay que empezar a estudiar para poder superarse”, comentó Fabiola, también estudiante del Liceo de Chira que quiere llegar a ser médica y regresar a la isla a trabajar. “En este momento no hay personas de Chira graduadas en Medicina, solo en Enfermería”, añadió.
Yordi Vega Masís, de 17 años, también siente que Chira está excluida de algunas oportunidades que sí tienen los jóvenes en otras zonas del país. “Aquí tenemos muchos jóvenes con talentos para la música y el fútbol, y como vivimos en una isla olvidada por los políticos, entonces no tenemos oportunidades”, afirmó.
Yordi desea estudiar Ingeniería en Sistemas y ve como una opción realista ingresar a la Sede de Puntarenas, no solo por la cercanía a Chira, sino porque allí es donde tiene familia para hospedarse.
Pese a las dificultades que tienen que sortear, estos jóvenes son optimistas y ven en la educación superior una herramienta de superación personal y una forma de aportar al mejoramiento de las condiciones sociales y económicas de sus comunidades. Un puente con Chira
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