Las bebidas que contienen mayor grado de alcohol, como el tequila, o el guaro en nuestro país podrían ocasionar mayores lesiones al hígado en menor tiempo, en comparación con las bebidas que contienen menos alcohol, como el vino.
Así lo manifestó el Dr. José Carlos Fernández Checa, investigador del Instituto de Investigaciones Biomédicas de Barcelona, España, quien ofreció varias conferencias sobre la enfermedad hepática alcohólica y no alcohólica, en la Universidad de Costa Rica (UCR) y centros médicos de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) a finales del pasado mes de agosto.
“…No es lo mismo una persona que está consumiendo por mucho tiempo bebidas de alta gradación, como el tequia, con respecto a personas que consumen vino, sobre todo el tinto, ya que las propiedades de esta bebida, dadas por la uva negra, como el cabernet Sauvignon, determina unas propiedades incluso saludables… Claro, como toda bebida alcohólica, hay que beberla con moderación…” aseguró el especialista.
Manifestó que en la dieta mediterránea el vino es visto como una bebida saludable, que consumido moderadamente puede traer efectos positivos al organismo.
El Dr. Fernández comentó que el acetaldehído se forma luego de que el hígado metaboliza el etanol con contiene la bebida alcohólica que consumimos, constituyéndose en un reactivo potente que ocasiona efectos muy perjudiciales en el hígado. Mencionó que la evolución de la enfermedad hepática también obedece a factores genéticos, ya que en algunas personas se desarrolla con más rapidez que en otras.
Daños graves se pueden prevenir
La enfermedad hepática puede ser ocasionada por alto consumo de alcohol, pero también por obesidad, por el consumo de insulina, en el caso de los diabéticos tipo II y otros motivos, que al final desencadenan en un mismo padecimiento.
El Dr. Fernández mencionó tres etapas importantes por las que pasa el hígado. La primera es la acumulación de lípidos debido a los condicionamientos que causa el etanol en el metabolismo hepático.
Si no se diagnostica esta acumulación de grasas, la enfermedad evoluciona a la segunda etapa, en la que se produce muerte de algunos tejidos y células del hígado, el cual se inflama e inicia la generación de radicales libres, produciendo fibrosis y deterioro del órgano.
Estas dos etapas se pueden revertir, siempre y cuando las personas pongan de su parte. En el caso de los alcohólicos, la solución es dejar el consumo de esas bebidas. Los obesos, deben bajar de peso, consumir alimentos menos grasosos y realizar ejercicio físico.
En los otros casos, como los diabéticos, deben ponerse en control médico para variar su tratamiento. Sin embargo, el Dr. Fernández mencionó que los galenos están muy preocupados por la falta de medicamentos apropiados para los diabéticos en estos casos.
Según el especialista, a pesar de la pérdida de masa del hígado, con un buen tratamiento este miembro se puede regenerar y recuperar su función casi normal.
Por el contrario, la tercera etapa es irreversible. El experto comentó que con la cirrosis hepática el hígado se ha deteriorado al punto que pierde casi por completo su función y la mortalidad por esta causa es muy elevada.
Las presentaciones del Dr. Fernández fueron organizadas por la Escuela de Medicina de la UCR y el Centro de Investigación en Estructuras Microscópicas, en coordinación con el Departamento de Bioquímica y las Cátedras de Patología de esta casa de enseñanza superior.
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