Tras la destitución por la fuerza del presidente Manuel Zelaya en junio del 2009 y el consecuente rompimiento de la institucionalidad, que derivó a su vez en continuas violaciones a los derechos humanos y el saqueo de las arcas del Estado, ninguno de los responsables de estos actos ha sido enjuiciado en Honduras.
Así lo denunció la Licda. Leticia Salomón, socióloga y analista política hondureña, durante un coloquio en el que se analizó la coyuntura política de dicho país centroamericano a un año del golpe de Estado, en el marco del XII Congreso Centroamericano de Sociología Centroamericana celebrado del 3 al 6 de agosto pasado en el país.
“El golpe fue inesperado e imprevisible, existió debilidad de la institucionalidad democrática que perdió su razón de ser y pasó a ser manipulada por el Poder Legislativo. El Congreso se hizo con el control del Poder Judicial y con esto se aseguraron que se ejecutara todo lo que ellos ordenaran”, manifestó Salomón.
La analista expuso además que actualmente existen grupos sociales que llaman a movilizaciones masivas para reclamar la falta de inversión social y la aclaración de la forma en que fue removido de su cargo Manuel Zelaya, así como de todas las acciones derivadas de ello.
Honduras dividida
Porfirio Lobo resultó vencedor en las elecciones presidenciales que sucedieron posterior al golpe y desde entonces el mandatario se mantiene entre la espada y la pared según narró Salomón.
Por un lado está la alianza entre el ejército y la clase empresarial, y por el otro las clases bajas que suplican por ayuda para el 63% de pobres que viven en Honduras, de una población de 7.8 millones, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Y es que para Salomón el golpe de Estado fue ideado por la burguesía hondureña, al ver cómo el presidente Zelaya ponía en peligro su poder económico en beneficio de las clases más necesitadas con políticas tendientes a restar parte de sus ingresos para financiar programas sociales.
Los temores de los grandes empresarios fueron creciendo e iniciaron una campaña en contra de Zelaya, utilizando los medios de comunicación de los cuales son dueños, para mostrarlo ante la opinión pública como “un loco”, declaró Salomón.
Como producto de su la alianza con la burguesía, las fuerzas armadas consiguieron presupuesto para renovarse y volver a posicionarse en el espectro político del país.
“Reapareció con furia aquel militar característico de los gobiernos de derecha que han gobernado por años a Centroamérica, se trata de un militar “gorilesco” que sólo actúa utilizando la fuerza bruta”, ahondó Salomón.
A un año de los acontecimientos, prosiguió Salomón, nadie ha sido encausado por el golpe de Estado, ya que existe una total impunidad en el caso de violaciones a derechos humanos, “al tiempo que quedó impune el saqueo de las arcas del Estado por parte del gobierno de transición para ser usado en todo el aparato golpista, como por ejemplo el pago a militares y policías”, agregó.
Por último, la experta dijo que la sociedad hondureña sigue polarizada y las personas se vuelven viscerales a la hora de hablar sobre lo que pasó: “siento que el panorama para Porfirio Lobo y para la democracia en Honduras es sombrío”, sentenció.
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