Universidad de Costa Rica
El pintor Fabio Herrera Martínez hablará acerca de su obra y su trayectoria artística en la conferencia que ofrecerá este martes 29 de junio, a las 7:00 p.m., en el Auditorio de la Facultad de Bellas Artes.
En esta conferencia Herrera se referirá a sus cuatro décadas de quehacer artístico, y a la exposición que presenta en el Centro para las Artes y la Tecnología La Aduana, la cual incluye una muestra de cien obras sobre arte matérico y abstracto, realizadas en los últimos veinte años.
Su disertación es organizada por la Cátedra Francisco Amighetti de la Escuela de Artes Plásticas, y es abierta al público.
Trayectoria
El artista Fabio Herrera estudió en la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Costa Rica. Posteriormente continuó su formación en la Universidad de Guanajuato, México, y en la Escuela Massana en Barcelona, España.
Ha incursionado con gran éxito en la acuarela, la xilografía, la serigrafía, la pintura, el grabado y el dibujo.
A los 19 años obtuvo el primer premio en el IV Certamen de Paisaje Rural de San José y un año después la Medalla de Oro del Tercer Salón Nacional de Acuarelas.
Entre los numerosos reconocimientos que ha recibido figuran dos premios nacionales Aquileo J. Echeverría, uno en 1991 y otro en 1997, Menciones de Honor en la V Bienal Internacional de Grabado de Taiwán, en la III Bienal de Bellas Artes en Ecuador, en la IV Bienal Lachner y Sáenz de Pintura Costarricense, en el Salón Nacional de Dibujo y en el Salón Anual de Pintura
Ha expuesto sus obras tanto en forma individual como colectiva en países como Italia, Taiwán, España, Estados Unidos, Suecia, Nicaragua y Costa Rica.
Fabio Herrera no tiene preferencia en técnicas “pinto con lo que tengo, sobre lo que sea y como sea, con las manos rompo papeles y los pego sobre cajas de cartón y sobre hojas de revistas pinto con sobrantes de pintura del color encontrado al azar”.
Sin embargo para él el dibujo representa cada instante de su vida. No puede haber un solo día en que no tome un lápiz o un instrumento para dibujar. Si no lo hace es un día vacío, es una laguna. Él dibuja porque es íntimo, por su delicadeza y simplicidad, porque con solo un instrumento como un lápiz o un carbón en un instante, en un pequeño papel, se pueden decir tantas cosas.
Herrera expresa que “nunca pinté pensando en que iba a vender un cuadro, en que iba a recibir un aplauso, ni tampoco para recibir un premio, pero dio la casualidad de que desde muy temprana edad recibí premios. Casi no me acuerdo de ello, está apuntado en la historia de mi vida. Pero en realidad el premio más grande de mi vida es la oportunidad que me ha dado Dios de poder vivir todos los días de mi existencia pintando y dibujando”.