El manejo de los plaguicidas agrícolas y las políticas de protección para los trabajadores que manipulan agroquímicos, fueron los temas analizados en el foro Código de conducta FAO para la distribución y utilización de plaguicidas efectuado en la Universidad de Costa Rica.
La actividad fue organizada por el Centro de Investigación en Contaminación Ambiental (CICA) y contó con la participación de CropLife Latin America, la Cámara de insumos agropecuarios y la campaña “Limpiemos nuestros campos”.
El código internacional de conducta para la distribución y utilización de plaguicidas fue adoptado en 1985 por la vigésima quinta sesión de la conferencia del Programa Fondo de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Este código se diseñó para proporcionar estándares de conducta y ser punto de referencia para las autoridades de los gobiernos y la industria de plaguicidas en todo el mundo, manifestó el Dr. Allan Hruska de la FAO
El código está disponible en árabe, ruso, chino y otros idiomas. Consta de artículos y anexos en los cuales están las normas a seguir para el manejo de los plaguicidas y la prevención de enfermedades.
Algunos de los artículos son la distribución y el comercio, el intercambio de información, el etiquetado y el almacenamiento de los plaguicidas, entre otros.
La importancia de este código, es que los países que no tienen regulación en materia de plaguicidas, empezaron a incluirlo como parte integral y de aplicación obligatoria como es el caso de Costa Rica.
“Nuestra legislación y la aplicación de este código de conducta se remonta a muchos años, estamos en proceso de remozarla, desde que se aprobó inició un proceso para fortalecer la ley 7664 que es la que nos rige en estos momentos. Uno de los objetivos vela por el uso y la regulación de las sustancias químicas y afines” así lo manifestó la Ingeniera Magda González, directora del Servicio Fitosanitario del Estado.
A juicio de González creo que el servicio ha procurado involucrar a diversos actores, llámese industria o academia. En realidad hay una responsabilidad importante en la producción y uso de estos agroquímicos, aseveró la Ing. González.
La ley contempla aspectos como el etiquetado de los productos, sanciones, la fiscalización y se cuenta con el servicio de laboratorios de respaldo para verificar la calidad de las sustancias químicas que se usan y los residuos en los alimentos.
Los especialistas aseguran que los riesgos en la salud y el ambiente tienden a mitigarse, pero se requiere de mayor capacitación en cuanto a la eliminación de plaguicidas, algo que por el momento se convierte en un reto. Es necesario que los agricultores sepan que hacer con las botellas que contienen los químicos, que sepan cómo y dónde reciclarlos. Situación que sin duda mejorará la salud y al planeta, afirmó el Ing. Carlos Buzio, de Croplife Latin America.
Uno de los objetivos de Croplife es mejorar la productividad agrícola por medio de mejores semillas y productos fitosanitarios. Desde hace un año que esta organización sin fines de lucro opera en nuestro país, reuniendo a varias compañías especializadas en la producción en forma sostenible.
La directora del Centro de Investigación en Contaminación Ambiental (CICA), Dra. Elizabeth Carazo, opinó este tipo de eventos es fundamental para fortalecer el acercamiento entre los productores, empresas y universidad.
El CICA brinda ayuda en análisis debido a su especialización y desde hace varios meses estableció alianzas importantes con el servicio fitosanitario del estado y Croplife Latin America.© 2024 Universidad de Costa Rica - Tel. 2511-4000. Aviso Legal. Última actualización: diciembre, 2024