Y es que esta es precisamente la base de la técnica conocida como tienda mágica, un ejercicio que ayuda a reconocer los propios deseos y carencias, según explicó la psicología clínica M.Sc. Ana Ligia Monge Quesada.
“La Tienda Mágica se llama así porque cada persona construye a nivel simbólico y de la fantasía una tienda; entonces le pone una serie de valores que considera importantes en su vida, y también para intercambiar con otras tiendas los valores que considera le faltan” explicó Monge.
La actividad se desarrolló con la participación de todos los asistentes, donde las personas se agruparon por valores afines y lograron de esta manera construir un modelo de tienda para poder “negociar” con las otras y de esta manera entender la lógica de este ejercicio transdisciplinar, que se lleva a cabo por medio de la técnica del psicodrama.
El psicodrama se define como un aprendizaje con el cuerpo integrando la emocionalidad, la cognición y la corporalidad en un todo, para lograr que el aprendizaje sea “encarnado” y se aprenda solo a partir del cuerpo, apoyados en la emocionalidad y el disfrute del aprendizaje.
“La tienda mágica es un dispositivo de psicoterapia grupal basada en el psicodrama, que tiene varios niveles en donde al poner un juego en acción, las personas trabajan la lúdica, el cuerpo, la pedagogía de la pregunta, y a través de la tienda se complementan todos los ejes de este” explicó la psicóloga.
La actividad se llevó a cabo en el Auditorio de la Escuela de Arquitectura, y fue coordinada por el Centro de Evaluación Académica y Conversatorios de Pensamiento complejo de la Vicerrectoría de Docencia.
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