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Especialista analizó patrones de convivencia en Costa Rica

23 abr 2010Sociedad
Alexander jiménez y Gerardo Mora
El Dr. Alexander Jiménez Matarrita filósofo y profesor de la UCR ofreció la conferencia inaugural de la Carrera de Trabajo Social, lo acompaña el Lic. Gerardo Mora Burgos de la Sede de Occidente.
La Carrera de Trabajo Social de la Sede de Occidente, ofreció recientemente la conferencia ¿Otras formas de estar juntos? Migraciones y multiculturalidad, impartida por el Dr. Alexander Jiménez Matarrita.

La disertación la basó en su libro La vida en otra parte, publicación en la que se aborda el fenomeno social de inmigrantes y emigrantes en Costa Rica.

El filósofo Jiménez inició su conferencia defendiendo la tesis de que “no es cierto que para tratar con gente extraña uno tenga que partir de la sospecha, la desconfianza, del temor o de la oscuridad”.

Para explicar su tesis se refirió a los cambios estructurales que ha experimentado la población costarricense en los últimos 50 años. De esta forma, describió a la sociedad de entonces como una población pequeña, rural, con familias numerosas, con trabajos poco diferenciados, con relaciones primarias relativamente intensas, con ciudades y pueblos seguros, con cierta capacidad de convivencia pública y con una convicción muy clara de que se debía construir una sociedad igualitaria.

Según Jiménez, en muy pocos años todas esas características de la sociedad cambiaron drásticamente. Señaló que la población aumentó considerablemente, que la sociedad es  más plurinacional y plurilingüe, que se procrean menos hijos, que se viven más años en promedio y que muchos estilos de vida han aparecido en los últimos años.

El conferencista destacó que actualmente la sociedad tiene unos  “patrones de consumo material que revelan una voluntad de ostentación y opulencia  chocantes y que muestran en el fondo un marcado desprecio a una sociedad igualitaria”.

Dentro de estos cambios, Jiménez señaló que desde el año 1995 hasta el 2000 las tasas de inmigración y emigración en Costa Rica crecieron como nunca antes en la historia.

Todas esas características han ayudado para que Costa Rica sea hoy día un país más complejo, en el que su población se ha convertido en una serie de individuos aislados, desvinculados unos con otros, ya que la gente está viviendo con miedo, ansiedad, frustración e incertidumbre.

Es por ello, según lo señala el investigador, que actualmente las relaciones familiares constituyen la máxima aspiración de convivencia social, disminuyendo de esta forma los vínculos sociales que se practicaban en el pasado.

Mencionó que las últimas investigaciones sociales que se han realizado revelan “que en este país cada vez nos cuesta más estar juntos y que ha ido creciendo el miedo a relacionarnos”.

Migrantes en Costa Rica

Como ejemplo, el conferencista se refirió al Primer Informe Nacional de Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo del año 2005, que se denominó Venciendo el temor.

Este informe indica, que la percepción del costarricense es que los cambios que ha tenido Costa Rica para mal se deben a la presencia de extranjeros, especialmente nicaragüenses y colombianos.

Pero según Jiménez, se debe tomar en cuenta que  Costa Rica tanto como sociedad y como estado,  es el resultado de lo que han hecho cientos de personas que han venido del extranjero: intelectuales, artistas, obreros, artesanos, médicos, futbolistas y educadores, entre otros.

Jiménez dijo que con estas ideas intenta describir que en este país “ciertamente algunos extranjeros son maltratados, mal pagados y ciertamente algunos son muy bien recibidos”.

 

Una de las formas de maltrato que reciben algunos extranjeros es la humillación y según el investigador “no hay nada más destructivo para la identidad psíquica y moral de una persona que la humillación, porque la humillación finalmente es negarle a una persona el lugar social y moral que merece”.

De esta forma, indica Jiménez que el hecho migratorio en Costa Rica es una realidad fundamental de la sociedad contemporánea, que abarca tanto a los miles de extranjeros que ingresan al país como a los miles de costarricenses que salen a buscar mejores oportunidades.

Señaló, que por esa razón las estructuras institucionales tienen que asumir todas las consecuencias de un país de tránsito de migrantes y las políticas sociales se deben establecer tomando en cuenta esa característica.

Mencionó también que los prejuicios humillantes, las prácticas discriminatorias, los abusos y el irrespeto a los derechos más básicos hace de los inmigrantes pobres en condición migratorira irregular, una población socialmente vulnerable.

Jiménez comentó que los verdaderos cambios económicos, laborales y socioculturales de este país, no son producidos por las elites migrantes, sino por cientos de miles de trabajadores y trabajadoras pobres.

Concluyó que Costa Rica requiere de marcos legales pluralistas pero también necesita educar sobre la construcción de vínculos con otras personas  “reconociendo y comprendiendo la vida, las emociones y las aspiraciones de las personas con las cuales convivimos”.