17 nov 2010Salud

Los antibióticos usados en agricultura, acuacultura y nutrición animal en la zona de riego Arenal-Tempisque y en la parte interna del Golfo de Nicoya, en Guanacaste, es una forma de contaminación que afecta las aguas y los sedimentos aledaños y pone en riesgo la salud humana.

Así lo determinaron los resultados preliminares de una investigación realizada durante tres años por especialistas de la Universidad de Costa Rica y de la Universidad Nacional, los cuales fueron presentados a un grupo de finqueros, veterinarios y miembros de diferentes organizaciones de la zona, con la idea de que limiten el uso y abuso de ciertos productos que emplean en sus actividades agrícolas y pecuarias.

El equipo de investigación lo dirigió Fernando García Santamaría y César Rodríguez Sánchez, del Centro de Investigación en Enfermedades Tropicales (CIET) de la UCR y María Luisa Fournier Leiva del Instituto Regional de Estudios en Sustancias Tóxicas (IRET) de la Universidad Nacional (UNA). También tomaron parte científicos del Centro de Investigación en Nutrición Animal (CINA) de la UCR, unos 25 profesionales en Agronomía, Biología, Microbiología, Química, Zootecnia, así como un numeroso grupo de estudiantes de grado y posgrado. El trabajo fue realizado con fondos del Consejo Nacional de Rectores (Conare).

Su análisis lo concentraron en esa zona guanacasteca, porque allí se desarrollan múltiples actividades agropecuarias extensivas y existe un solo sistema de riego, el cual puede servir como vehículo de diseminación.

Entre otros colectaron muestras de un arrozal, un estero, de una finca de acuacultura de peces, de camarones y una finca de producción porcina y sus sitios aledaños, como el Humedal de Cipancí, y Puerto Chamorro, en el Río Tempisque, el Humedal de Palo Verde y los ríos Santa Rosa y Magdalena.

En su presentación de resultados realizada en el Hotel Cañas, en Guanacaste, informaron que en sus análisis de aguas y de sedimentos encontraron bacterias resistentes a uno de los antibióticos más comunes en la zona, como es la oxitetraciclina.

Lo preocupante es que las bacterias resistentes podrían llegar al ser humano o a los animales, por medio de la cadena alimenticia y las fuentes de agua.

Para los investigadores la resistencia de las bacterias a los antibióticos es un problema de salud pública, que viene ocurriendo en el mundo por el uso y abuso de los antibióticos.

Ellos consideran que a este foco de contaminación hallado en Guanacaste se le debe dar una atención especial, pues además de la amenaza a la salud que significa la ineficacia terapéutica que produce la resistencia antimicrobiana, es un riesgo de contaminación ambiental, que atenta contra el equilibrio de los ecosistemas naturales y contra la capacidad de producción agropecuaria.

Los antibióticos son productos que se emplean desde hace siete décadas con gran éxito para la prevención y el tratamiento de infecciones en el ser humano, pero el mal uso y abuso tanto en humanos como en animales, como promotores de crecimiento en actividades pecuarias y control de plagas en agricultura ha generado una fuerte presión hacia la producción de bacterias resistentes a los antibióticos.

Según manifestaron los universitarios son recursos terapéuticos inusuales, es decir que no se pueden emplear con mucha frecuencia porque cualquier uso que se haga de ellos genera resistencia e invariablemente socava su utilidad futura.

Para poder mantener el valor terapéutico de estos productos es necesario actuar cuanto antes, especialmente porque es un riesgo para las personas más vulnerables, como son niños, niñas y personas adultas mayores o con sistemas inmunológicos debilitados.

 

El equipo de estudio sugiere que se establezcan políticas que permitan restringir y supervisar la prescripción de antibióticos, solo para casos calificados. Asimismo recomiendan que se incrementen las medidas higiénicas en el manejo de animales y entre personas, para prevenir el contagio de enfermedades. Entre ellas mencionaron una medida sencilla y efectiva como el lavarse las manos con frecuencia, evitar besos y apretón de manos cuando se está enfermo o con gripe, disminuir las condiciones de hacinamiento y tener una nutrición apropiada.