La apertura social y mediática que ha habido en los últimos años ante el tema de la homosexualidad y el trabajo de sensibilización que han hecho los grupos minoritarios por sus derechos sexuales, los llena de esperanza de que puedan consolidar pronto sus derechos en Costa Rica.
Así lo expresaron el abogado Marco Castillo Rojas, asesor legal del Movimiento Diversidad, quien obtuvo recientemente el premio Aportes al Mejoramiento de la Calidad de Vida en la categoría de persona física por su labor en defensa de los derechos de las personas con diferentes preferencias sexuales y Manuel Francisco Abarca Arias, supervisor del Centro Nacional de Juventudes, en un foro realizado por estudiantes de la Facultad de Odontología de la UCR sobre el tema La respuesta social ante la homosexualidad en adolescentes en la educación formal.
El Lic. Castillo manifestó que desde hace cuatro años cuando presentaron a discusión de la Asamblea Legislativa el primer proyecto de ley que procuraba que se reconocieran sus derechos, la prensa los comenzó a tratar mejor, los lleva a debates, les ha dedicado varios editoriales, hace notas favorables y desfavorables, pero al menos no ignora el tema.
Para su criterio la declaración de la Sala IV les dio una ganancia, pues reconoce que las personas gays y lesbianas también tienen derechos y que son derechos humanos.
“Hay una cierta apertura que no existía hace 15 años cuando a nadie se le hubiera ocurrido traer a una activista gay para hablar ante un auditorio de la UCR”, afirmó Castillo.
Sin embargo, reconoció que no hay buen panorama político para lograr la aprobación del proyecto de ley Sociedades de convivencia de parejas del mismo sexo, presentado en setiembre del 2009 a la Asamblea Legislativa, con el cual esperan, entre otros, se les reconozcan su derecho a heredar bienes, al seguro social y al permiso que otorga la Caja del Seguro Social para cuidar de la pareja cuando se enferma. Desmintió que estén solicitando solo la aprobación del matrimonio.
Persisten barreras
Ambos conferencistas coincidieron además en que hace mucha falta una verdadera educación sexual integral, sin estereotipos y mitos, que tome en cuenta aspectos de sexo, género, las cuatro orientaciones sexuales, la afectividad, la identidad sexual y el erotismo.
La homosexualidad en adolescentes no es un tema que se aborde en el sistema educativo con facilidad ni integralidad.
Manuel Francisco Abarca explicó que el Centro Nacional de Juventudes surgió precisamente por la necesidad de visibilizar la problemática que viven las y los jóvenes que no reconocen su identidad u orientación heterosexual y por esa causa son discriminados y marginados.
Explicó que gracias al proyecto Construyendo una nueva forma de vivir imparten charlas y talleres en los colegios, con una visión más amplia, pues los maestros y profesores se limitan a dar charlas más anatómicas o fisiológicas del sistema reproductivo, de los cambios corporales en la adolescencia y esto reduce en mucho el abordaje necesario.
Para su criterio la sexualidad más que tener una función reproductiva, tiene una función integral de inserción en la sociedad, pues “de acuerdo con el autoconocimiento y la aceptación que yo tenga de mí mismo, así comienzo a relacionarme con los demás”, expresó.
Dijo que hay que entender la construcción social de la sexualidad en un contexto patriarcal y heterosexista, con influencia de muchos discursos ideológicos, pero que es necesario aceptar la diversidad sexual, como parte de una naturaleza también diversa, en la que influye lo genético, lo fenotípico, la cultura, la etnia, etc. Como parte de esa diversidad sexual citó la homosexualidad, el lesbianismo, la bisexualidad y la heterosexualidad.
El expositor considera como un verdadero cáncer la homo-lesbo-fobia social, pues afecta la autoestima y la imagen que construyen los y las adolescentes de si mismos”. Explicó que el miedo, el rechazo, el odio, la persecución, discriminación y violencia que socialmente se ejerce hacia las personas gays o lesbianas provoca en ellas ideas distorsionadas de sí mismas, autoconmiseración, autoreproche, autorechazo, que los lleva a asumir conductas de riesgo o autodestructivas con adicciones y en casos extremos, al suicidio.
Abarca plantea que en ese proceso de autoconocimiento por el que cada persona pasa, es el que le permite descubrir sus intereses homo o lesboeróticos, pero que no se puede decir que alguien nace o se hace así.
Por eso es que desde el Centro Nacional de Juventudes tratan de darles una información suficiente y los mecanismos necesarios para que definan bien su orientación.
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