Los productores de piña en la zona norte del país tienen a su alcance tecnología desarrollada desde las Universidades Públicas con la cual pueden maximizar el potencial de sus sembradíos sin poner en riesgo la salud de los trabajadores, del consumidor y protegiendo la naturaleza.
Especialistas de la Universidad de Costa Rica (UCR), Universidad Nacional (UNA) y del Instituto Tecnológico (TEC) desarrollan un programa de biocontroladores que no es otra cosa más que hongos con características definidas naturalmente y que combaten plagas de insectos así como enfermedades de los cultivos.
Se trata de la iniciativa denominada Producción y Comercialización Masiva de Biocontroladores en la Región Huetar Norte, la cual se nutre con fondos del Consejo Nacional de Rectores (Conare), mediante las Comisiones de Regionalización Interuniversitarias (CRI).
Sólido impacto en la producción de piña
Los beneficios de esta tecnología desarrollada por especialistas universitarios favorece la labor diaria de los productores de la piña, al tiempo que les proporciona resultados que son comprobados a simple vista.
Un ejemplo más del impacto positivo que tienen las iniciativas provenientes de Conare en el desarrollo de las comunidades menos favorecidas del país.
Y es que gracias a esta aplicación de cepas de hongos en cultivos de piña se logra frenar y erradicar enfermedades, revitalizar las raíces de las plantas, evitar la proliferación de moscas y disminuir a 0% el porcentaje de intoxicación o envenenamiento para los trabajadores de la finca.
Por eso, tras conocer sobre los beneficios de los biocontroladores, cada vez son más los productores de piña que manifiestan su intención de probar la eficacia de los hongos.
Este es el caso de Luis Mora y Ramón Urbina, productores de piña en Quebrada Grande de Pital, San Carlos, quienes han sufrido grandes pérdidas debido a los cambios climáticos, enfermedades y plagas, por lo que buscan recuperar su inversión mediante la aplicación de biocontroladores, que hacen que los costos de mantenimiento del cultivo de la piña no sean tan onerosos como con los productos químicos tradicionales.
“Queremos invertir en biocontroladores dadas las ventajas que ofrecen, han pasado tiempos muy difíciles para nosotros acá en San Carlos y queremos recuperar las pérdidas, por lo que necesitamos un producto que nos ayude en el cultivo, crecimiento, protección y cosecha de la piña”, acotó Urbina.
Según explicó Jessica Linares Orozco, coordinadora de Investigación y Desarrollo del Programa de Desarrollo Agroindustrial de la Zona Norte (Proagroin), ente que se encarga de contactar a los productores y ofrecer asistencia técnica, dentro de la que incluyen el uso de biocontroladores, es complicado todavía que los agricultores cambien y no empleen agroquímicos pero basándose en los buenos resultados los hongos cada vez ganan más espacio en los cultivos.
Un impulso de las universidades
La producción de los biocontroladores se inicia en laboratorios de la UNA y del TEC, en donde se da la búsqueda y selección de las cepas según sus características, para así determinar si combaten plagas de insectos o enfermedades de los cultivos.
Oscar Acuña, quien es el coordinador de esta iniciativa y a su vez del Programa de Agricultura Orgánica de la UCR, señaló que este centro de estudios superiores trabaja en la reproducción masiva y control de calidad del producto comercial, una vez que recibe los hongos de las otras dos universidades.
Finalmente, para la comercialización de los biocontroladores se constituyó una alianza con la empresa de productos biológicos BioEco, en cuyos laboratorios se completa la mezcla de los hongos con agentes adherentes y el arroz como medio para que crezcan.
Los beneficios de estos microorganismos se pueden utilizar en cultivos de piña, raíces y tubérculos, además de pasturas.