De acuerdo con las proyecciones de los especialistas en población dentro de 40 años el rango que más va a crecer dentro de la estructura de la población costarricense es el de las personas de 65 años y más; para entonces el 20% de la población nacional estará conformado por adultos mayores.
El Dr. Luis Rosero Bixby del Centro Centroamericano de Población (CCP) de la Universidad de Costa Rica, explicó el comportamiento de la pirámide de población de Costa Rica hasta el año 2060 en el Foro sobre “Equidad intergeneracional, desafíos de la política económica frente al envejecimiento de la población”, que se realizó el martes 23 de junio, como parte de las actividades de celebración del 35.º aniversario de la Vicerrectoría de Investigación.
El especialista en demografía manifestó que el comportamiento del envejecimiento es similar en todos los países de América Latina. Destacó que las naciones que se adelantaron en el proceso de envejecimiento poblacional fueron Uruguay, Argentina y Cuba, sin embargo los demás países del continente vienen atrás.
En Costa Rica, dijo Rosero, el envejecimiento más rápido aún no ha ocurrido, se acelerará dentro de aproximadamente diez años y el proceso continuará hasta el 2040.
También explicó que si bien del año 2005 al 2050 se va a dar un aumento de las personas de edades avanzadas y una disminución de los jóvenes, quedará un rango muy numeroso de personas en edades intermedias que son productivas y que tienden a percibir mayores ingresos y naturalmente a consumir más que los niños y los ancianos.
Repercusiones en la economía
Rosero aclaró que el primer bono demográfico en Costa Rica viene desde los años setenta y conforma un numeroso grupo de población que actualmente tiene un alto ingreso per cápita, lo cual significa una buena noticia para la economía nacional.
Este bono positivo, añadió Rosero, actualmente ya empezó a disminuir, y en el año 2020 será negativo. Sin embargo, comentó que existe el segundo bono demográfico que se compone de la acumulación de la riqueza de los adultos mayores (hoy adultos jóvenes), que están adquiriendo bienes y ahorrando para la vejez.
El presidente del Banco Central Dr. Francisco de Paula Gutiérrez después de escuchar la explicación dada por el Dr. Rosero sobre el primer y segundo bono demográfico comentó que para quienes están en la función pública se plantean dos retos. El primero es estimular el ahorro de la población en edades productivas y crear ambientes propicios para la inversión mediante la estabilidad macroeconómica.
Añadió el economista que debido al cambio en la estructura de la población que se espera para el 2050, lo conveniente sería que los sistemas de pensiones no se basen únicamente en las transferencias intergeneracionales.
Por su parte, el Director Actuarial de la Caja Costarricense de Seguro Social Lic. Luis Guillermo López Vargas, aclaró que el cambio demográfico es una oportunidad para poder actuar y mejorar tanto en lo relativo a los sistemas de pensiones y reacondicionar los niveles de atención en salud que resultan más onerosos como el curativo, con respecto a la prevención y la promoción de la salud.
Adultos mayores reciben y transfieren
De acuerdo con un estudio que se realiza en 28 países de América, Europa, Asia y África y en forma paralela en cinco países del continente: Costa Rica, Chile, México, Uruguay y Estados Unidos, la mayoría de los adultos mayores, lejos de recibir ayuda son ellos los que realizan transferencias económicas y en especie a sus parientes más jóvenes.
El Dr. Jorge Bravo de la división de población de la Organización de Naciones Unidas confirmó en el foro organizado por el Centro Centroamericano de Población y el Observatorio del Desarrollo (OdD), que la mayoría de las transferencias privadas hacia los mayores se dan hasta después de los 80 años.
La Dra. Paola Zúñiga Brenes investigadora del CCP y del OdD recomendó que se evalúe el impacto económico con la ayuda de más datos de la CCSS, para poder hacer proyecciones a futuro y establecer cambios en la políticas públicas con el fin de prepararse para los cambios en la población a mediano y largo plazo.
La M.Sc. Andrea Collado Chaves del CCP dio a conocer datos sobre el consumo por edades de la población costarricense actual y proyectó que la población del país dentro de 40 años sería de 6.1 millones de habitantes, que el consumo se duplicaría y que si seguimos con el mismo esquema “debemos ahorrar para sostenernos en el 2050”.
La economista Collado dijo que si bien las reformas en las pensiones han sido positivas, “no sabemos cuando se van a extinguir los regímenes de reparto”. Demostró además que actualmente Costa Rica cubre el 50% del consumo de las personas mayores de 65 años con transferencias públicas (pensiones y atención en salud por medio de la CCSS) y añadió que en comparación con Taiwán (cubre un 26%) y los Estados Unidos (32%) nuestras transferencias en este campo son muy generosas.
El Dr. Luis Rosero Bixby manifestó que uno de los principales hallazgos del estudio en Costa Rica es que el 80% de la población adulta mayor está entre los 65 y 79 años y que gran parte de los ancianos entre los 75 y los 80 años aún son personas vigorosas que ven por si mismas e incluso ayudan con el cuido y crianza de nietos y colaboran con dinero para los gastos en educación de la familia.
La directora del Observatorio del Desarrollo M.Sc. Anabelle Ulate dijo, una vez concluida la actividad, que el propósito del foro se cumplió a cabalidad porque propició la discusión con los tomadores de decisión sobre las implicaciones que el envejecimiento de la población tiene en el ahorro público y privado, en el déficit fiscal, en la formación de capital humano, en el mercado financiero y en el crecimiento económico.
El foro sobre equidad intergeneracional contó con la colaboración de la CEPAL y del Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo de Canadá.
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