En un emotivo acto que se llevó a cabo el viernes 29 de mayo, la Universidad de Costa Rica denominó la biblioteca de la Sede del Pacífico con el nombre del ilustre humanista y escritor costarricense Luis Ferrero Acosta.
La actividad de designación fue un reconocimiento a 74 años llenos de empeño, trabajo, ejemplo y valores, y a una inagotable e inmortal carrera como escritor, aspectos que caracterizaron la vida de don Luis Ferrero.
La directora de esta sede regional, M.Sc. Susan Chen Mok, rescató la importancia que tiene para esta unidad académica “bautizar” la biblioteca, pues representa una forma de darle identidad y, al mismo tiempo, reconocer a una persona de la región.
La directora del Sistema de Bibliotecas, Documentación e Información (SIBDI), Licda. María Eugenia Briceño Meza, afirmó que esta denominación también representa un homenaje para la bibliotecología nacional, principalmente por el esfuerzo que hizo don Luis para que las escuelas rurales contaran con una biblioteca básica, lo cual promovió que el Ministerio de Educación creara, años más tarde, la Dirección de Bibliotecas Escolares.
Por su parte, la directora del Consejo Universitario, M.L. Ivonne Robles Mohs, aseguró que para quienes integran el Órgano Colegiado, es un honor compartir este “acto de inmortalidad simbólica” de uno de los mejores ensayistas de la literatura costarricense y latinoamericana, en el cual adquieren plena resonancia las proverbiales palabras con las que se autodesignó el maestro Luis Ferrero: “Mi destino está caracterizado por la alegría de vivir y de servir”.
Luis Ferrero fue un escritor prolífico de la historia costarricense; nació en Orotina en 1930 y desde muy joven inició su amplia carrera literaria, desde la cual luchó contra la corrupción política, la injusticia, la marginalidad cultural; y contribuyó con el rescate y la valoración del pasado de nuestro país.
En este sentido, la Rectora de esta casa de estudios superiores, Dra. Yamileth González García, recordó a don Luis Ferrero como un hombre comprometido, escritor polémico, anarquista, rebelde con causa, polifacético, tesonero y trabajador incansable.
Gracias a sus más de 100 textos publicados, es reconocido a escala nacional e internacional. Sus escritos versan sobre diversos temas, principalmente aquellos relacionados con el arte y la cultura costarricense.
La preparación académica en el campo de la Tipografía y Arte del Libro en el Colegio de México, le permitió hacer invaluables aportes al desarrollo del proceso editorial en Costa Rica y promover la realización de las primeras ferias del libro en el país.
Su gran obra lo hizo merecedor del Premio Nacional Aquileo J. Echeverría en dos ocasiones (1973 y 1975), el Premio Áncora de Oro en 1975, en 1987 obtuvo el Premio Nacional de Cultura Magón y en 1999 fue designado como Doctor Honoris Causa por la Universidad Estatal a Distancia.
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