Construir políticas de desarrollo para la integración nacional en el ámbito de la globalización y fundar fuerzas políticas con nuevos idearios que las plasmen en programas, son dos aspectos que las naciones latinoamericanas deberían lograr, para tener un futuro viable.
Así lo manifestó el destacado economista chileno, Dr. Osvaldo Sunkel, durante la Conferencia Inaugural del II Ciclo Lectivo de la Universidad de Costa Rica, que reunió a gran cantidad de estudiantes y académicos en el Auditorio Abelardo Bonilla, de la Escuela de Estudios Generales.
Durante su alocución titulada América Latina en el siglo XXI: Trayectoria y opciones, Sunkel hizo un recorrido en torno a las alternativas de desarrollo vigentes en los países latinoamericanos y las posibilidades que otorgan a sus pueblos.
Sunkel destacó que aún hoy, hay quienes persisten en algunos países en profundizar las políticas neoliberales, sustentados en el crecimiento económico alcanzado sobre todo en los últimos cinco o seis años y en el logro de presiones inflacionarias muy bajas.
Sin embargo, no han caído en cuenta de que esas tasas de crecimiento no son producto directo de esas políticas, sino más bien consecuencia del alza de las materias primas y del surgimiento de grandes mercados en Asia y que contrario a lo que se esperaría, ese crecimiento ha tenido muy poca repercusión en los aparatos productivos internos.
“Si se quiere, se ha dado un “progreso” que ha hecho retroceder estructuralmente a países como Argentina, Chile, Brasil y algunas naciones de Centroamérica y del Caribe, a proveedores de materias primas para el mercado mundial”, recalcó.
Haciendo énfasis en el caso chileno, el especialista indicó que aunque desde el punto de vista de las variables macroeconómicas ha sido todo un éxito, con aumentos de exportaciones de cobre, madera, celulosa, salmón y productos agroalimentarios y programas sociales que han hecho retroceder la pobreza a un 12%, casi nada de esa fuerza exportadora ha pasado al resto del sistema.
“Solo alrededor de 20% de la población laboral, trabaja en esos tipos de actividad que producen el 80% del Producto Nacional, mientras que el 60% o 70% de la población, produce apenas el 20% del Producto Nacional, a niveles de productividad bajísimos y por consiguiente con una distribución del ingreso que continúa siendo horriblemente mala, la peor de América Latina y una de las peores del mundo”.
Aunque durante la conferencia manifestó que no conoce a fondo lo que sucede en Costa Rica, mencionó que leyendo el Estado de la Nación del 2006, donde se indica que el desempeño social y económico en ese año fue paradójico, pues la pobreza se mantuvo estancada y la distribución del ingreso empeoró por décimo tercer año consecutivo, a pesar de un crecimiento del 8%, concluyó que en el país podría estar sucediendo lo mismo que en Chile.
¿Qué hacer para que países que han sido relativamente exitosos en su desempeño modernizador -indicó- superen, sobre todo, esa enorme desigualdad?
A su juicio lo primero que tiene que haber es un Estado fuerte, porque sin eso es imposible enfrentar los tradicionales problemas de desarrollo y crecimiento y sobre todo las problemáticas que se plantean con la crisis del petróleo, el calentamiento global, la redistribución del ingreso y la desigualdad.
Además, se debe mejorar la distribución del ingreso, que se produce en el proceso productivo, en una mejor remuneración de los trabajadores y en un aumento de los ingresos de los pequeños y medianos productores de todos los sectores de la economía: agricultura, industria, construcción, etc.
A su juicio, aunque no hay recetas perfectas, se debería analizar la reconversión productiva que se hizo en Europa, con la que se logró que países como Irlanda, Finlandia, Portugal, España, Italia y Grecia, que hace 20 años eran muy subdesarrollados, pasaran a un nivel completamente diferente.
Lo que sucedió -dijo- fue que los europeos se dieron cuenta que no podían tener unidad europea si no trabajaban con la distribución del ingreso a nivel de la actividad productiva e hicieron inversiones gigantescas en infraestructura, en educación, en ciencia y tecnología, en mediana y pequeña empresa, favoreciendo las regiones con menor desarrollo.
Al respecto indicó que a esto están llamados nuestros países, a construir políticas de integración nacional y no ha continuar tratando de equilibrar la balanza social, aumentando los fondos de seguridad social, mediante la creación de impuestos que pueden “matar a la gallina de los huevos de oro”, que es el empresariado que produce el crecimiento.
Asimismo, a dejar atrás la vieja concepción clasista de los partidos políticos, que es obsoleta y construir una nueva coalición política, que tome en cuenta que ya no hay clase obrera o clase media, sino que hay regiones, jóvenes, etnias, mujeres y medianos y pequeños empresarios, con un ideario en esa dirección, con el que sea posible salir adelante.
© 2024 Universidad de Costa Rica - Tel. 2511-4000. Aviso Legal. Última actualización: diciembre, 2024