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Destacan enseñanzas de Clodomiro Picado para la ciencia actual

18 abr 2008
Dr. José María Gutiérrez Gutiérrez exponiendo en auditorio
El Dr. José María Gutiérrez Gutiérrez, subdirector del Instituto Clodomiro Picado de la UCR, destacó el legado del Dr. Clodomiro Picado Twight y las posibilidades de la ciencia en Costa Rica. (Foto Luis Alvarado)

La necesidad de desarrollar una actividad científica y tecnológica integral, humanista y comprometida con la solidaridad humana es una de las mayores enseñanzas que se puede extraer de las vivencias y el quehacer profesional del Dr. Clodomiro Picado Twight, para quienes actualmente hacen ciencia en un país pequeño como Costa Rica.

El legado de este reconocido científico costarricense fue tratado por el Dr. José María Gutiérrez Gutiérrez, subdirector del Instituto Clodomiro Picado de la Universidad de Costa Rica (UCR), en la conferencia inaugural del primer ciclo lectivo de la Escuela de Biología de esta institución.

Para el Dr. Gutiérrez, Premio Nacional de Ciencia y Tecnología 1981 y Premio al Investigador de la Universidad de Costa Rica 2007, el Dr. Picado Twight fue un científico que se distinguió por su compromiso con el medio social. En toda su actividad profesional siempre tuvo presente una pregunta que se deberían hacer todos los investigadores e investigadores de nuestros días: “¿A quién sirve mi trabajo?”, dijo Gutiérrez.

“Clodomiro Picado no se sumergió solamente en el laboratorio, sino que vinculó sus experiencias como científico a las necesidades de la sociedad”, aseguró Gutiérrez.

El Dr. Clodomiro Picado -conocido como Clorito- nació en 1887 y murió en 1944. Fue vecino de Cartago, realizó la mayoría de sus estudios de secundaria en el Colegio San Luis Gonzaga y concluyó el bachillerato en el Liceo de Costa Rica. Además, fue profesor de ciencias en estos dos centros educativos y en el Colegio Superior de Señoritas.

Durante su primera etapa de formación en Costa Rica desarrolló su interés por la historia natural, y gracias a su excelencia académica le fue concedida una beca por la Asamblea Legislativa para estudiar en Francia, en donde obtuvo un doctorado en la Universidad de La Sorbona, en París. También se capacita en el Instituto Pasteur, uno de los más avanzados en ese momento en cuanto a salud pública y microbiología científica.

A su regreso, a pesar de que tuvo que reinsertarse en nuestro medio en condiciones difíciles para desarrollarse como científico, empezó a trabajar en el laboratorio del Hospital San Juan de Dios, desde donde realizó una abundante producción científica.

El Dr. Clorito Picado escribió más de 100 publicaciones sobre campos científicos tan diversos como medicina experimental (estudios biomédicos), microbiología, laboratorio clínico, fisiología vegetal, fitopatología y biología general.

Gutiérrez destacó de él su gran capacidad para mantenerse actualizado sobre los avances internacionales y las tendencias de la ciencia mundial, y a la vez para investigar sobre asuntos locales de importancia para el país.

Retrato del Dr. Clodomiro Picado
La obra del científico costarricense Dr. Clodomiro Picado fue muy grande y rica, aseguró el Dr. José María Gutiérrez. (Foto tomada de images.google.co.cr)

Algunas de sus obras abordan temas tan universales como el envejecimiento humano, que plasmó en la obra Vacunación contra la senilidad precoz, hasta otros de interés nacional como las serpientes venenosas y algunas enfermedades vegetales, específicamente del café y el banano.

“El Dr. Clodomiro Picado enfocó los temas de una manera integral”, manifestó el Dr. Gutiérrez. Esta integralidad -agregó- quedó evidente en una combinación dialéctica entre ciencia básica, ciencia aplicada y tecnología.

Por ejemplo, no se conformó simplemente con realizar estudios sobre las serpientes, sino que los complementó con la investigación sobre los venenos y los tratamientos posibles, en momentos en que muchas personas morían a causa de las mordeduras de estos animales.

Otras cualidades del Dr. Picado resaltadas por Gutiérrez fue su creatividad para resolver problemas y su capacidad para adaptarse a situaciones externas adversas, ante lo cual buscaba diferentes salidas.

Picado también se preocupó por establecer comunicación y colaboraciones con científicos tanto nacionales como extranjeros. “No fue un lobo solitario, como se ha dicho”, aclaró Gutiérrez, compartió la autoría de artículos con otros científicos nacionales como Roberto Chacón Paut, Rotter, Elías Vicente y Francisco Sancho.

Además, algunos de los resultados de sus investigaciones fueron publicados en revistas especializadas de otras latitudes.

El conferencista también definió al Dr. Picado como un hombre sensible, interesado en el debate de los problemas nacionales y en la divulgación de la ciencia a un público amplio y no solamente dentro de los sectores académicos. “Era una persona disconforme y crítica”, acotó.

El eslabón más importante entre el trabajo de este reconocido científico y el de las generaciones futuras de investigadores fue su alumno más joven, el Dr. Alfonso Trejos Willis, quien tras la muerte de Picado desempeñó un papel clave para crear vínculos entre el laboratorio del San Juan de Dios y la Facultad de Microbiología de la UCR, creada en la década de los 50.

Aunque se ha destacado principalmente la contribución de Clodomiro Picado al estudio de las serpientes y de los sueros antiofídicos, e incluso se le cita como precursor del descubrimiento de la penicilina, la opinión de Gutiérrez es que él no descubrió la penicilina, aunque sí trabajó el tema de la antibiosis.

“La obra del Dr. Clodomiro Picado es muy grande y rica”, concluyó el científico.

Patricia Blanco Picado.
Patricia Blanco Picado.
Periodista Oficina de Divulgación e Información
patricia.bueaglancopicado  @ucrvvtq.ac.cr

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