Formas diferentes de hacer política por parte de los gobiernos y la participación de nuevos actores sociales son cruciales para la búsqueda de soluciones frente al problema del cambio climático que afecta al planeta.
Así lo estimó el Dr. Harald Fuhr, de la Universidad de Potsdam, Alemania, quien participó en la conferencia sobre el tema “La política ambiental, derechos humanos y retos medioambientales en América Latina”, junto al Dr. Edgar Gutiérrez Espeleta, director de la Escuela de Estadística de la Universidad de Costa Rica (UCR).
Esta actividad fue organizada en el marco del curso denominado “Los cambios en la política ambiental internacional: Oportunidades para América Central”, organizado por la Maestría Centroamericana en Ciencias Políticas de la UCR y el Posgrado en Políticas Públicas Globales de la Universidad de Potsdam.
De acuerdo con el académico, hay consenso internacional en la comunidad científica en cuanto a que las metas principales que se deben cumplir para evitar una catástrofe ambiental son estabilizar la temperatura del mundo, de tal forma que no suba más de dos grados centígrados de aquí al 2050, y no sobrepasar las 450 ppm (partes por millón) de CO2 (dióxido de carbono) en la atmósfera.
Asimismo, los expertos sugieren recomendaciones de tres tipos para manejar en forma paralela: medidas multilaterales a escala global, metas nacionales y continuar con el intercambio de ideas y experiencias orientadas a la búsqueda de soluciones.
Si bien las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) fueron las primeras en iniciar la presión internacional para la adopción de cambios en materia ambiental, recientemente se han involucrado otros sectores que están aportando salidas al problema.
“El sector privado está anticipando un nuevo modelo de desarrollo, un mundo poscarbono”, detalló el profesor, quien explicó que ahora algunas fuentes financieras prevén riesgos asociados a las condiciones ambientales. A su juicio, esto es positivo porque “sin la contribución del sector privado no se puede frenar el calentamiento global”.
Al mismo tiempo, agregó, sigue siendo muy importante la participación de las ONG, que se han centrado en la atención de los problemas de los grupos sociales más vulnerables, y garantizan que los recursos dirigidos a financiar el paso de un modelo de desarrollo de alto carbono a uno de bajo carbono no se queden en manos de ciertos sectores.
Los organismos internacionales también se han involucrado en esta temática y están interesados en el manejo de dichos fondos.
“Se necesitan recursos adicionales para financiar a los países en vías de desarrollo y para subsidiar a los pobres” en el proceso de transición hacia un desarrollo basado en carbono neutral, expresó el académico alemán. Se estima que esta cifra puede alcanzar anualmente entre $25.000 millones y $50.000 millones.
No obstante, si los países del norte frenan sus emisiones pero los del sur siguen su actual patrón de desarrollo, a partir del 2025 habría un colapso ambiental. “Todos los países van a resultar afectados. Los países en vías de desarrollo van a tener problemas graves si continúan con su actual estilo de desarrollo”, aseguró Fuhr.
El conferencista señaló que habrá algunas naciones que tendrán más ventajas que otras, y en el contexto centroamericano destacó a Costa Rica como una de las que se han adelantado al futuro gracias a su política de venta de servicios ambientales, entre estos la fijación de carbono.
Fuhr advirtió que los gobiernos no pueden solucionar los problemas solos, por lo que su rol será de catalizadores, facilitadores y promotores.
Problema político
Para el Dr. Gutiérrez Espeleta, el problema ambiental es manejado con criterios políticos, pese a que en América Latina el tema ambiental se ha institucionalizado y se han establecido normas constitucionales sobre la calidad del ambiente.
Al realizar un análisis del desarrollo de las políticas ambientales en la región latinoamericana, Gutiérrez enfatizó que es necesario pasar a una nueva generación de políticas públicas integradas y hacer cumplir las leyes y regulaciones existentes, ya que en este momento las presiones sobre los recursos naturales son mayores.
El director de la Escuela de Estadística de la UCR criticó el hecho de que en nuestros países “vemos lo ambiental como algo específico, aunque debe ser un asunto transversal e incorporado a la evaluación ambiental estratégica integral en toda obra que se realice”.
Citó además el hecho de que en América Latina se ha debilitado la figura del Estado como un ente regulador, las prioridades son de corto plazo y se perdió el paradigma de Estado solidario en las relaciones entre seres humanos y con el medio ambiente, lo cual repercute negativamente en la planificación ambiental.
En Costa Rica, en donde prevalece un discurso ambiental, la práctica dice lo contrario. El Ministerio del Ambiente ha perdido su visión y su papel protagónico en los últimos años, lo que refleja “la hipocresía de algunos sectores”, concluyó.
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