Hacer que los pueblos de Latinoamérica y el Caribe cuenten con niveles adecuados de educación es uno de los compromisos más serios que debe asumir la clase política de la región, según manifestó el Dr. José Ramón Narro Robles, Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Narro Robles hizo esta aseveración durante la Lección Inaugural del Ciclo Lectivo 2008 de la Universidad de Costa Rica, en la que disertó sobre Educación, ciencia y desarrollo: El caso de América Latina.
A su juicio, ante los rezagos de la región, propiciados en parte por los más altos niveles de desigualdad del planeta, donde coexisten 120 millones de individuos que viven en condiciones de pobreza, junto a 37 de los hombres más ricos del mundo, se hace cada vez más claro el papel que deben desempeñar la educación y la ciencia, como medios para aumentar la productividad, mejorar el bienestar individual y lograr un desarrollo más equitativo de los países.
Aunque reconoció la obviedad de sus planteamientos, también cree que su compromiso y el de todos los académicos radica en seguir diciendo lo que no está bien, porque la formación de verdaderas políticas públicas en estas naciones debe acompañarse con información sólida, estudios, datos e investigaciones, que se producen en su mayoría en las universidades públicas.
Aseguró que dado que no son las universidades privadas las que producen investigación en nuestros países, los políticos tanto del Poder Ejecutivo como Legislativo deben tener una clara conciencia al respecto e impulsar, estimular y apoyar presupuestariamente a instituciones de educación superior públicas como la UNAM y la UCR, con el fin de que puedan seguir investigando y haciendo sus aportes en todos los campos.
Criticó la reducción del papel del Estado como proveedor de servicios y la presión ejercida sobre las universidades por el “boom” de la globalización, al considerarse cada vez más vinculadas con la producción de la riqueza, mediante la formación de recursos intelectuales que participen en la materialización de tecnologías.
Narro indicó que las universidades públicas deben tomar conciencia de esta y otras tendencias, aprovechándolas sin dejar de lado su autonomía y sin menoscabo de su papel como generadoras de la conciencia crítica de la sociedad.
Alertó sobre los riesgos que implican para la educación superior pública, la provisión de servicios educativos provenientes de otros países y la liberalización del “comercio de la educación superior, que pretende vincular peligrosamente la actividad educativa con los criterios de mercado”.
Al respecto aseveró que el mercado no debe regular la prestación de servicios de educación o de salud en nuestras sociedades, porque la lógica del mercado es muy distinta a la de los servicios sociales.
Expresó que si esta lógica se pudiera aplicar a todo, en países donde se han impulsado grandes aperturas de las economías o donde se han desarrollado teorías neoliberales, como es el caso de las naciones europeas y escandinavas, no se mantendrían los servicios nacionales de salud y educación. “El caso de Inglaterra, que cuenta para orgullo de la población del Reino Unido, con un gran servicio de salud, es claro ejemplo de esto”.
El Dr. Narro Robles concluyó diciendo que si en nuestra región nos equivocamos y hacemos que se pierda ese compromiso del Estado por impulsar la educación, la ciencia y la salud, se profundizarán aún más las diferencias entre los que tienen todo de sobra y aquellos a los que les falta lo esencial.
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