Con el fin de contar con elementos para orientar decisiones y acciones de cambio con miras a eliminar las desigualdades entre mujeres y hombres, la Rectoría propició el desarrollo del Segundo Balance sobre el Estado de la Equidad de Género en la Universidad de Costa Rica.
La Universidad de Costa Rica como una de las primeras entidades nacionales en responder a la necesidad de denunciar y visibilizar las desigualdades de género, a partir del 2001 se dio a la tarea de autoevaluarse, para contar con balances generales en la materia.
Con datos del año 2000, se descubrió entonces que la participación de mujeres y hombres en diferentes sectores y espacios era relativamente equilibrada. Sin embargo, análisis más pormenorizados, mostraron brechas importantes y algunas situaciones de exclusión entre sexos.
El documento elaborado por la M.Sc. Ana Carcedo Cabañas, investigadora del CIEM y académica de la Maestría Centroamericana en Estudios de la Mujer, contiene en sus 76 páginas un panorama de la evolución institucional, que permitirá iniciar la elaboración de series temporales de diversas variables, así como un sistema de indicadores y datos sobre la presencia de hombres y mujeres en los campos de la administración, la docencia, el estudio, la toma de decisiones y el acceso a recursos y oportunidades en la UCR.
Además presenta un análisis cuantitativo sobre niveles salariales y su relación con las jornadas laborales docentes y la condición de contratación y un balance cualitativo relacionado con estrategias para el cambio y acciones afirmativas en la Institución.
Para la Dra. Yamileth González García, Rectora de la UCR, este segundo estudio permitió determinar que si bien en muchos aspectos la Institución ha logrado avances, también hay retrocesos sobre los que hay que trabajar.
Entre los avances que se han registrado entre el 2000 y el 2007 en que se recopilaron los datos de este estudio, se propició y desarrolló una política clara con el apoyo de la Oficina de Recursos Humanos que dio como resultado que mujeres competentes en esos campos puedan acceder a puestos que anteriormente solo eran ocupados por varones.
Para propiciar que más académicas mujeres accedieran al doctorado y al grado de Catedrática, donde aún hay inequidad con respecto a los hombres por los otros roles sociales que generalmente le toca a la mujer, la UCR hizo un esfuerzo por crear doctorados para que pudieran continuar sus estudios sin tener que desplazarse al exterior sin su familia y, más recientemente, se incrementó el aporte de la UCR a las becas del 60% al 80% y en algunos casos hasta en un 100% con el fin de que también puedan acceder a formación en el exterior sin tener que dejar a su familia.
Otro ejemplo de acciones afirmativas en la Institución es lo que sucede en la Oficina de Seguridad y Tránsito, que ha dejado de ser un espacio exclusivo de hombres, donde actualmente se cuenta con los servicios de dos mujeres, oficiales de tránsito y dos mujeres, agentes de seguridad.
Para Teresita Ramellini Centella, directora del CIEM, una de las luchas que se ve reflejada en este nuevo estudio es la erradicación del hostigamiento sexual y el desarrollo de currículos sensibles a las diferencias de género y lenguaje no sexista.
Aunque el informe muestra un incremento en el número de denuncias por acoso sexual y lo ideal sería que no se reportara ningún caso, esto no debe leerse como un dato negativo porque lo que significa es que la Universidad ha creado un espacio fiable donde solucionar este tipo de conflictos, lo mismo que una serie de capacitaciones para ir erradicando este tipo de conductas que no solo se dan de hombres hacia mujeres, sino también de mujeres a hombres.
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