“Irlanda no es un paraíso ni un milagro”, aseguró el Dr. Peader Kirby, profesor irlandés de Política Internacional y Política Pública de la Universidad de Limerick, al analizar el esquema de desarrollo económico de su país, impulsado desde la década de los 90 y catalogado como exitoso en el actual contexto de globalización.
Kirby fue invitado por el Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad de Costa Rica (UCR), en donde ofreció la charla “El milagro irlandés:características y lecciones de política para América Latina".
A juicio del académico y autor de varios libros acerca del tema, la imagen de Irlanda como un modelo a seguir por los países latinoamericanos responde a una “lectura simplista” de la experiencia de ese pequeño país europeo, que a finales de la década de los 80 era considerado uno de los más pobres de la Unión Europea (UE).
Lo más relevante de las políticas económicas impulsadas por el “tigre celta” -aseguró Kirby- ha sido disminuir la tasa de desempleo, que de un 20% en los años 80 se logró bajar a un 4% en el 2006, así como acuerdos sociales y políticos que permitieron pasar de una fuerte recesión económica a un crecimiento anual cercano al 10%.
Esta transformación económica se generó en el contexto de una serie de medidas y condiciones que la propiciaron. Kirby mencionó la ampliación del mercado interno de la UE, la búsqueda por parte de las corporaciones estadounidenses de una plataforma dentro de Europa para ingresar a este mercado, el boom de la industria informática en Estados Unidos y el proceso de paz en Irlanda del Norte.
Atracción de inversión
El motor de la dinamización económica en Irlanda ha sido la atracción de Inversión Extranjera Directa (IED), para lo cual el Estado ofreció condiciones muy favorables al capital extranjero, entre estas, subsidios y tasas de impuestos sobre ganancias muy bajas (del 10% en comparación con el 35% en promedio del resto de la UE).
A esto se sumaron políticas educativas de largo plazo promovidas desde la década de los 60 y que consistieron en una fuerte expansión educativa y formación de mano de obra especializada para el sector industrial, con énfasis en ciencia y tecnología.
La otra decisión de largo plazo fue en materia industrial y para ello se creó la Autoridad de Desarrollo Industrial (IDA, por sus siglas en inglés), entidad que se encargó de crear políticas en este campo y aplicarlas. De un esquema de sustitución de importaciones se pasó a uno de liberalización económica, y rápidamente el Estado concentró sus esfuerzos por más de dos décadas en la atracción de inversión extranjera.
De acuerdo con Kirby, “la estrategia del IDA ha sido identificar las ramas emergentes en el ámbito global, especialmente en Estados Unidos, Japón y Europa, así como las empresas que dominan el mercado, y ofrecerles que se establezcan en Irlanda”.
Al mismo tiempo que se produjo un cambio económico, el Estado negoció un acuerdo social con sectores de la sociedad civil, entre estos los sindicatos, que en esencia se limita a pactar aumentos salariales, aseguró el Dr. Kirby.
Esta política social se ha extendido a las ciudades y condados en donde hay instancias locales encargadas de buscar soluciones a problemas sociales y a programas de desarrollo rural.
Existen además instituciones estatales creadas con el objetivo de atender los impactos sociales del modelo económico, lo que para el académico refleja que existe una conciencia del Estado al respecto.
El especialista destacó que sin la contribución de la Unión Europea no se puede entender el éxito económico alcanzado por Irlanda, el cual recibió ayuda económica, junto con España, Portugal y Grecia, para mejorar la infraestructura y la formación de recursos humanos.
Otro elemento mencionado por Kirby es que Irlanda sirvió como puerta de entrada al mercado europeo para las empresas transnacionales, lo que significa que estas no tenían ningún interés en este pequeño país.
Dependencia de la IED
A juicio del profesor de Política Internacional, el modelo irlandés presenta una gran debilidad por la fuerte dependencia hacia la IED, frente a la fragilidad de la industria nacional. A pesar de que existen cientos de pequeñas empresas locales en la industria del software, que son vistas por algunos economistas como parte del “milagro irlandés”, las cifras indican que el 90% de las exportaciones en esta área proceden del sector transnacional.
“Hoy día este modelo tan dependiente de la inversión extranjera está enfrentando una competencia cada vez más intensa de China, India y de los nuevos miembros de la UE, que están imitando a Irlanda”, aseveró.
Los países de Europa del Este poseen niveles de costos más bajos que los de Irlanda y buenos niveles de educación en ciencia y tecnología.
Además de ello, el sector de la tecnología de la información en Estados Unidos entró en crisis, lo que ha repercutido en Irlanda.
Ante esta situación, el Estado está intentando invertir por primera vez en investigación en ramas especializadas de la tecnología de la información y de la biotecnología.
Otro punto débil del éxito irlandés tiene que ver con lo social, porque según el investigador, “en medio del boom económico ha aumentado la pobreza y la desigualdad, la inversión social como porcentaje del PIB ha bajado bastante y en comparación con la UE tenemos uno de los porcentajes más bajos en previsión social”.
El sector de la salud ha sido el más afectado, ya que no se ha recuperado de los recortes presupuestarios sufridos desde la década de los 80.
Para Kirby, el rol del Estado ha sido clave en el éxito irlandés, pero ha sido débil en el fortalecimiento de la industria nacional y en el campo social.
Los partidos políticos también se han puesto de acuerdo para sacar al país adelante, pero han predominado políticas neoliberales que lo que han hecho es recortar impuestos y debilitar la capacidad del Estado.
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