Con motivo de la celebración del Día Mundial de la Alimentación, la Escuela de Nutrición Humana, el Programa de Posgrado en Nutrición Humana y la Red de Investigadores en Seguridad Alimentaria y Nutricional (REISAN) realizaron un foro para discutir la situación actual, las perspectivas y las alternativas de los consumidores ante la crisis alimentaria.
La actividad contó con la participación del M.Sc. Romano González Arce de la Secretaría de la Política en Alimentación y Nutrición del Ministerio de Salud, el Lic. Gilberto Campos Cruz de Consumidores de Costa Rica y la M.Sc. Yasy Morales Chacón de la Red de Consumo Alternativo.
La Dra. Marcela Dumani Echandi, profesora de la Escuela de Nutrición de la UCR, quien fue la moderadora del foro, afirmó que la crisis que estamos viviendo actualmente no es solo alimentaria, sino que abarca también el sector político, social, agrícola y económico.
Ella explicó que la crisis es un fenómeno en crecimiento, lo cual se demuestra con las cifras del último año, que establecen que la cantidad de personas con hambre aumentó en 75 millones y se estima que para finales de este año, podría alcanzar los 1000 millones de personas.
Los cambios en los sistemas agrícolas también son una causa de la crisis alimentaria. Según explicó Dumani, los precios de granos y leguminosas tuvieron un aumento de un 52% en el último año, lo cual aumenta drásticamente el precio de la canasta básica.
Dinero no alcanza
El M.Sc. Romano González Arce expresó que la situación de crisis que se está dando en el país, responde de manera adecuada a la expresión popular de que el dinero alcanza “apenas pa’ los frijoles”, ya que, actualmente, por motivos económicos, lo que más se consume es el arroz, los frijoles y la leche, mientras se excluyen alimentos de gran valor nutricional como hortalizas, frutas, carne y huevos.
Según informó, de julio del 2006 a junio del 2008, el precio de la Canasta Básica Alimentaria aumentó en un 41,43%, mientras que el salario mínimo aumentó únicamente en un 15,98%. Esta situación evidentemente hace que el acceso a los alimentos sea cada día más difícil, especialmente para las clases más bajas.
Dijo que la manera en que se calcula no es la más apropiada, ya que su principal objetivo es “satisfacer por lo menos las necesidades energéticas de un individuo promedio,” sin embargo, esto se puede lograr sin consumir una cantidad adecuada de micronutrientes, lo cual implicaría una alimentación deficiente.
Para su criterio algunas señales de empobrecimiento de la población costarricense son el aumento en el consumo en establecimientos que ofrecen bajos precios, compras a crédito, y el incremento de la población indigente del país.
El expositor considera que la crisis alimentaria ha provocado una serie de “mecanismos de sobrevivencia alimentaria” por parte de las clases sociales más bajas. Algunos de ellos son la compra de productos vencidos, de pan añejo y la adquisición de verduras y frutas durante las últimas horas en las ferias del agricultor. También recurren al “fiado” en las pulperías, a la búsqueda de comida en los basureros y a la reducción de los tiempos de comida, con el fin de comer menos.
Como principal reto, González manifestó que se encuentra el fortalecimiento de mecanismos de apoyo por parte del gobierno, a través del IMAS, el IDA, y los CEN-CINAI.
Gilberto Campos Cruz, representante de Consumidores de Costa Rica, expresó que la crisis afecta a toda la población, pero para un sector de la población, mientras los supermercados y las pulperías sigan vendiendo los productos, seguirán creyendo que la situación no es de crisis.
Según manifestó una de las causas de la crisis es la falta de políticas por parte del gobierno, la ineficiente o inexistente regulación de precios, la inacción frente a la posición dominante de las empresas productoras de alimentos y la falta de verificaciones efectivas de calidad y de cantidad de los productos.
En general considera que existe una gran diferencia entre las necesidades de los consumidores y las acciones del gobierno.
El experto hizo una distinción entre los consumidores con actitud proactiva y los de actitud pasiva. Los proactivos se caracterizan por tomar acción en escenarios públicos, por hacer una priorización del gasto familiar y una reducción de gastos en entretenimiento y en consumo de alimentos fuera del hogar. Por su parte, los consumidores pasivos, se endeudan para no renunciar a su estilo de vida y niegan la crisis.
En representación de la Red de Consumo Alternativo, la M.Sc. Yasy Morales mencionó algunos de los esfuerzos que esa organización realiza para contribuir a la “soberanía alimentaria.”
Entre ellos citó que tratan de cortar la intermediación entre los productores y los consumidores, pues según explicó los costos de los productos se elevan por intermediarios encargados del transporte, el empacado, el almacenamiento, la publicidad, entre otros.
La Red de Consumo Alternativo pretende fomentar el comercio directo entre los productores y los consumidores, reduciendo de esta manera los precios de los productos, y beneficiando además al productor independiente.
Morales dijo que la red además pretende mantener y rescatar las pulperías, pues son un espacio, no solo comercial, sino también de socialización, que facilita un comercio más directo.
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