Costa Rica y Estados Unidos han mantenido históricamente relaciones muy positivas, y no importa cual sea el resultado de la votación sobre el TLC en el referéndum del próximo 7 de octubre, Estados Unidos respetará la decisión de Costa Rica como un país democrático e independiente.
Con estas afirmaciones, los congresistas estadounidenses Michael Michaud y Bernie Sanders, quienes en los últimos días estuvieron de visita en Costa Rica, reafirmaron su respeto por la consulta a la ciudadanía costarricense, en la cual se decidirá el futuro del Tratado de Libre Comercio con ese país del norte.
Michaud y Sanders participaron en la conferencia “Tratados de Libre Comercio y el comercio justo”, realizada en la Universidad de Costa Rica (UCR), y organizada por la Escuela de Ciencias Políticas y la Rectoría.
Ambos políticos del Partido Demócrata son representantes de los estados de Vermont y Maine, en el este de Estados Unidos.
“No me corresponde decirles cómo votar. Pero hay algunos aspectos relacionados con el comercio internacional que me gustaría compartir con ustedes, al igual que mi colega, porque tenemos bastante experiencia sobre el tema, y porque se han hecho muchas afirmaciones deshonestas en torno a estos acuerdos”, aseguró Sanders.
El senador participó en los debates tanto del TLC entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana (CAFTA, por sus siglas en inglés) y del TLC entre Estados Unidos, México y Canadá (NAFTA, por sus siglas en inglés) en la Cámara de Representantes, y al respecto manifestó que “la mayor parte del apoyo a ambos tratados provino de las grandes corporaciones y de individuos que aportaron millones de dólares con tal de que fueran aprobados”.
Los acuerdos tuvieron también un fuerte apoyo de los medios de comunicación y de sectores económicos vinculados al comercio con China, agregó; sin embargo, fueron rechazados por sindicatos, grupos religiosos, ambientales y por sectores de trabajadores y de bajos ingresos.
Sanders afirmó que en los últimos seis años en Estados Unidos se han perdido cerca de tres millones de trabajos en la industria manufacturera, y alrededor de cinco millones de trabajadores de clase media han caído en niveles de pobreza. Asimismo, el ingreso medio ha descendido a niveles significativos.
Si bien aclaró que esta situación no se debe únicamente al comercio, este fenómeno de la economía desempeña un papel vital en dichos cambios.
“En Estados Unidos los mayores beneficiarios de los tratados de libre comercio y de la política económica que se está implantando son las personas más acaudaladas, y la brecha entre ricos y pobres se está ampliando cada vez más”, advirtió el senador.
En su opinión, “en Centroamérica y en general en América Latina la gente cree que en Estados Unidos todo el mundo considera que los tratados de libre comercio son muy beneficiosos y que los apoyan, pero esto no es cierto”.
Finalmente, recordó que el TLC fue aprobado en la Cámara de Representantes, compuesta por 435 miembros, únicamente con un voto de diferencia, y la votación tuvo que extenderse por 90 minutos para que los defensores del acuerdo pudieran convencer a algunos congresistas.
Asimismo, durante el proceso de votación el presidente y el vicepresidente de Estados Unidos tuvieron que visitar el Congreso en varias ocasiones, lo cual es inusual, para persuadir a los republicanos de que votaran a favor del CAFTA.
Mitos del TLC
Por su parte, Michaud, miembro de la Cámara de Representantes, destacó que si Costa Rica decide por medio del referendum no apoyar el TLC, “Estados Unidos no tomará ninguna represalia contra Costa Rica, ni en el Senado ni en la Cámara de Representantes”.
Se refirió a lo que denominó uno de los mitos en torno al TLC, y es la afirmación de que si el TLC no es aprobado por Costa Rica, el Congreso estadounidense suspenderá los beneficios de la Iniciativa de la Cuenca del Caribe (ICC) una vez que esta venza.
Michaud también mencionó que existe una similitud en su filosofía entre el CAFTA y el NAFTA, ya que ambos tratados “fueron elaborados bajo un mismo modelo, entre uno y otro cambiaron únicamente una o dos palabras”.
“Se dijo que el NAFTA solucionaría el problema de la emigración, entre otras cosas porque iba a ayudar a los agricultores mexicanos a mejorar su condición de vida, de manera que ya no sentirían la necesidad de cruzar la frontera”, expresó el congresista.
No obstante, acotó, ha sucedido todo lo contrario y actualmente incluso se habla de erigir murallas en la frontera entre ambos países. “Eso no es correcto”, dijo.
Por último, el representante demócrata sostuvo que con un nuevo gobierno en Estados Unidos habría la posibilidad de una renegociación del acuerdo, aunque reconoció que existe una oposición creciente hacia los tratados de libre comercio por parte de los congresistas y de la población estadounidense.