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Acreditación debe incorporarse a la cultura universitaria

11 sept 2007
Dra. María José Lemaitre
La Dra. María José Lemaitre dijo que los procesos de acreditación de la educación superior contribuyen a institucionalizar la autoevaluación en las universidades. (Foto: Omar Mena)

Los procesos de acreditación de la calidad de la educación superior son cada vez más una demanda de la sociedad ante la complejidad y diversidad de ofertas académicas y de instituciones que preparan profesionales.

Así lo aseguró la Dra. María José Lemaitre, socióloga chilena y presidenta de la Red Iberoamericana para la Acreditación de la Calidad de la Educación Superior (Riaces), quien agregó que actualmente “hay más instituciones, distintos proveedores, mayor cantidad de estudiantes y de cobertura. El sistema es más complejo y la sociedad se ha empezado a preguntar si estos profesionales son confiables”.

Esta nueva situación ha originado la necesidad de garantizar la calidad de la educación.

La especialista estuvo de visita en el país como invitada a un taller organizado por el Consejo Centroamericano de Acreditación de la Educación Superior (CCA), en el que participaron representantes de las agencias de acreditación regionales para discutir sobre los criterios de calidad y buenas prácticas en este campo.

El CCA es un organismo de carácter público que impulsa la creación de una red centroamericana y del Caribe dedicada a velar por el aseguramiento de la calidad y la cooperación de la educación superior, con sede en la Universidad de Costa Rica.

Según Lemaitre, las buenas prácticas de acreditación “permiten identificar cuáles son los elementos centrales que deben estar presentes en el aseguramiento de la calidad de la educación, con el fin de que estos sean reconocidos y generen una relación de confianza”.

Mencionó que algunos organismos internacionales ya han definido los criterios, entre estos la transparencia, la coherencia , la independencia y la consistencia, los cuales son revisados periódicamente y actualizados.

“Existe un trabajo permanente de construcción y revisión de estos criterios que tienen que ser necesariamente internacionales, porque nos interesa que las decisiones sirvan para mejorar la credibilidad de los programas de las agencias de acreditación a través de las fronteras”, explicó la Dra. Lemaitre.

Cultura de la evaluación

La acreditación de la educación superior beneficia a las universidades en forma directa porque contribuye a institucionalizar una cultura de la autoevaluación, lo que les permite a estas instituciones conocerse mejor y hacer los ajustes necesarios.

Reunión de representantes
Más de 35 representantes de las agencias de acreditación de Centroamérica se reunieron en San José para discutir sobre criterios de calidad y buenas prácticas de acreditación. (Foto: Omar Mena)

“Hay un mejoramiento continuo que es impulsado desde los procesos de aseguramiento de la calidad de la educación que son muy útiles para las universidades, porque les ayuda a tomar decisiones y a saber qué es prioritario y urgente”, expresó la especialista.

Sin embargo, aún persiste cierta resistencia por parte de algunas casas de enseñanza que

cuestionan el hecho de que alguien externo las evalúe. Ante esto, dijo Lemaitre, lo mejor es “convencerlas sobre la importancia de someterse a procesos de autoevaluación y evaluación externa”.

Otro aspecto que se debe considerar es que la acreditación es un procedimiento caro, aunque para la experta chilena los costos están asociados a que aún ésta es una práctica poco usual y considerada como una acción externa.

“Hacer autoevaluación es parte de la gestión institucional, no es una imposición de la acreditación”, sostuvo Lemaitre, al tiempo que recordó que la acreditación lo que hace es señalar los problemas y es su solución lo que resulta oneroso desde el punto de vista económico.

La experta abogó por la creación de un sistema más sostenible de acreditación con el propósito de abaratar costos, y en esta tarea incluyó a las agencias y a las propias universidades.

Latinoamérica avanzada

La Dra. Lemaitre aseguró que Latinoamérica se encuentra en una posición muy ventajosa en cuanto a la acreditación de la educación superior, campo en el que cuenta con una experiencia de más de diez años.

Esta apreciación se basa en la variedad de modelos existentes, algunos de ellos muy reconocidos, y en que países como México, Chile, Argentina, Costa Rica, Cuba, Colombia y en Brasil muestran un desarrollo bastante avanzado.

“Estamos acostumbrados a ver a los países del Norte como que ellos nos enseñan, en este caso tenemos que enseñarles nosotros, sobre todo a Europa, que empezó con la acreditación después del año 2000”, acotó.

Por último, la experta internacional dijo que para que lo económico deje de ser una de las limitaciones de la acreditación es necesario que el Estado asuma la responsabilidad de apoyar financieramente estos procesos.

Patricia Blanco Picado.
Periodista Oficina de Divulgación e Información
pbldujfanco  @cariarieqxr.ucr.ac.cr

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