El 2007 ha sido un año importante para Alemania en materia de política exterior, porque se le han abierto dos oportunidades para influenciar críticamente los procesos de integración y globalización, presidiendo al mismo tiempo la Unión Europea y el G-8.
El Dr. Haráld Führ, Catedrático de Políticas Internacionales de la Universidad de Potsdam analizó la posición de Alemania en la Presidencia de la Unión Europea (EU) y del grupo de los ocho países más desarrollados G-8 en este año 2007, sus principales retos y primeros resultados en materia de política exterior.
La conferencia que ofreció el Dr. Führ en la Universidad de Costa Rica fue organizada por la Cátedra Humbolt, la Vicerrectoría de Investigación y el Doctorado en Gobierno y Políticas Públicas, en colaboración con la Embajada de la República Federal de Alemania y el Servicio Alemán de Intercambio Académico.
Emerge un nuevo liderazgo
El experto explicó que tras la unificación del territorio en 1990, Alemania asume un nuevo rol como país que le obliga a buscar nuevas formas para comportarse ante los conflictos internacionales. Estos cambios han dado impulso en el nuevo siglo a una Alemania con política exterior definida y con un papel fundamental dentro de la Unión Europea.
La Alemania de hoy se caracteriza por apostar a la mediación, al diálogo y las soluciones diplomáticas para remediar los problemas de desarrollo y crisis financieras entre países vecinos. Su política exterior lejos de ser nacionalista, está totalmente integrada con los demás países de la Unión Europea, recalcó el Dr. Führ.
Actualmente queda claro que Alemania tiene un nuevo rol y que el país ha incrementado su importancia, manteniendo un fuerte enfoque hacia la integración de la Comunidad Europea. En este contexto, Alemania continúa asumiendo roles adicionales como país y enfrenta los nuevos retos globales, como un actor clave que está cada vez más involucrado en políticas globales de desarrollo y medio ambiente.
En la primera mitad el 2007 Alemania asumió la Presidencia de la Unión Europea, mientras que en la segunda mitad le corresponde a Portugal. Este cargo tiene un carácter rotatorio por 6 meses y es asumida por los Ministros de las Relaciones Exteriores de los países miembros. Las funciones del presidente de la UE son básicamente la representación externa, dar dirección y liderazgo a los interno del Consejo de Ministros, órgano ejecutivo de la UE.
Alemania en G-8
Este año Alemania también lidera el grupo G-8, un foro informal de coordinación política integrado por los países de mayor desarrollo a nivel mundial; Alemania, Francia, Estados Unidos, Italia, Japón, Reino Unido, Canadá y Rusia.
En este foro se discuten nuevas formas de ayuda exterior, temas de seguridad, armamento y medio ambiente. Los acuerdos que toman estos países altamente desarrollados permiten suavizar algunos conflictos, cada vez la agenda se enfoca en solucionar problemas comunes de una forma común.
En torno a las cumbres del G-8 surgen cada vez más formas de hacer política que procuran la participación ciudadana y se desarrolla un proceso de politización que genera nuevas formas de legitimidad. En materia económica, crecimiento del mercado común europeo que ha llagado ser casi del tamaño del mercado estadounidense, plantea el reto de cómo facilitar contactos, transacciones y migración laboral.
Existe una complejidad de actores políticos, partidos y gobiernos que hay que coordinar y es un reto enorme en este año de doble oportunidad para Alemania que está en el foco de las discusiones, expresó el Dr. Führ. Esos son algunos de los retos que enfrenta Alemania en el 2007, con la mirada fija en la profundización y la integración de la Unión Europea.
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