Los cambios abruptos en el paisaje costero de Costa Rica producto de un desordenado y creciente desarrollo turístico e inmobiliario ponen en peligro la sostenibilidad de esos nuevos polos de desarrollo.
Esta fue la principal conclusión en la conferencia dictada recientemente por la Ing. Irene Campos Gómez, profesora de la Escuela de Ingeniería Civil de la Universidad de Costa Rica y con una maestría en sanidad ambiental obtenida en Bélgica.
Campos, quien además es directora del Instituto Costarricense del Cemento y el Concreto, fue invitada por el Posgrado en Gestión Ambiental y Ecoturismo de dicha universidad a exponer sobre el tema “Edificaciones y conservación del paisaje en zonas costeras”.
La temática cobra interés en estos días debido al acelerado proceso de construcción generado por el desarrollo turístico en las costas del país, que se refleja no solo en la infraestructura hotelera, sino también en áreas residenciales como condominios.
Este boom inmobiliario se concentra por el momento en el litoral pacífico, pero de continuar la misma tendencia se proyecta que alcanzará también a la zona atlántica costarricense.
La especialista en gestión ambiental considera que si no se planifica a corto plazo, la degradación ambiental de esas áreas costeras hará que los proyectos decaigan, como ha ocurrido en España y en otros sitios.
“El desarrollo sin medida promueve un crecimiento turístico insostenible”, aseveró Campos, por lo cual se debe tener clara la capacidad del país y el modelo de desarrollo que se quiere seguir. Lograr un balance entre los intereses privados y los de conservación es prioritario.
La Ing. Campos cree que lo más adecuado sería impulsar un tipo de planificación territorial a escala regional, ya que la costa es una sola y requiere un tratamiento de forma integral.
Para ello es necesaria una evaluación ambiental estratégica para que se analice la disponibilidad de recursos en función de la capacidad de carga, con el fin de evitar la degradación exagerada de un sitio.
Dos preocupaciones
La directora del Instituto Costarricense del Concreto y el Cemento destacó dos aspectos de especial atención y que a su juicio podrían tener un fuerte impacto ambiental si no se controlan a tiempo: la construcción de campos de golf y de marinas.
Los campos de golf son un gran atractivo para los inversionistas y los nuevos residentes de las áreas costeras, ya que con estos el valor de la tierra de los proyectos inmobiliarios aumenta considerablemente.
Sin embargo, este tipo de desarrollo hace un uso intensivo del suelo y del agua, cuyo abastecimiento se ha convertido en un punto crítico en los proyectos costeros.
“El uso del agua potable es uno de los temas esenciales de gestión ambiental, especialmente en Guanacaste”, afirmó la directora del Instituto Costarricense del Concreto y el Cemento.
De allí que es urgente definir la sostenibilidad de los campos de golf, en dónde se construirán y cuántos se van a permitir.
En cuanto a los proyectos existentes para la construcción de marinas en varios sitios de la costa pacífica, Campos afirmó que no existen estudios integrales en el país que analicen sus efectos sobre los ecosistemas marinos, pero la experiencia recogida en otras partes del planeta indica que los efectos negativos son considerables.
La sedimentación de la zona marina y posterior dragado, contaminación por residuos sólidos y líquidos debido a la gran cantidad de embarcaciones que circulan y cambios en las especies piscícolas son algunas de las repercusiones que se mencionan.
Otros cambios
Las transformaciones en el litoral y el paisaje costero a raíz del aumento acelerado de edificaciones comprenden también el incremento de escorrentía superficial, la erosión del suelo y posterior sedimentación, el crecimiento de emisiones al medio ambiente y la contaminación de aguas subterráneas por sobreexplotación de este recurso.
A ello se suma el aumento en la demanda de servicios, el proceso de urbanización, cambios en los patrones culturales y la emigración masiva de profesionales y trabajadores que se desplazan en busca de nuevas oportunidades laborales.
“La construcción de proyectos en zonas costeras está tomando por sorpresa a las autoridades municipales y nacionales por falta de políticas de urbanización claras”, expresó la Ing. Campos.
Si no se atiende este problema de inmediato “estaríamos matando la gallina de los huevos de oro”, dijo en alusión a la riqueza ecológica del país.
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