Pasar del reconocimiento de las diversas culturas que habitan los países latinoamericanos a su integración en la sociedad es una de las aspiraciones a las que están llamadas las universidades estatales en la actualidad.
Esa es la idea que defiende con ahínco la Dra. Sylvia Schemelkes, especialista en el tema de interculturalidad de la Universidad Iberoamericana de México, invitada recientemente por la Vicerrectoría de Acción Social y la Facultad de Educación para participar en el foro “Educación y Multiculturalidad”.
Para la Dra. Schemelkes el papel de las universidades en la construcción de sociedades interculturales y por tanto más democráticas es fundamental: “Un país multicultural que aspira a la democracia debe transitar de la multiculturalidad a la interculturalidad y el papel de la educación para el logro de este proyecto político es fundamental” afirmó. Ella considera que en las universidades es donde se genera el conocimiento y la política para lograr ese cambio cultural, por eso, deben ser capaces de representar a todos los sectores sociales y culturales, así como formar profesionales sensibilizados y comprometidos con el desarrollo de los pueblos autóctonos y minoritarios.
Para lograrlo, la especialista propone varias estrategias, entre ellas abrir la oferta académica en regiones culturalmente minoritarias donde se estudie la lengua y cultura propia, además, que se formen profesionales adecuados a las condiciones y oportunidades de la región. Otra medida que propone es interculturalizar las universidades convencionales, comenzando por abrir las puertas a la población minoritaria con facilidades de admisión y con estrategias para evitar su deserción por razones económicas o de adaptabilidad.
En el contexto costarricense, el sociólogo M.S.c Mauricio González, asesor del Ministro de Educación Pública Dr. Leonardo Garnier Rímolo, explicó que para construir la interculturalidad debe haber una acción política que implica tomar la decisión de qué tipo de sociedad queremos para el futuro. En ese sentido, González señaló que el papel de la educación en la construcción de interculturalidad se ve afectado por el modelo de desarrollo social tendiente a la globalización y a la homogenización de los individuos: “Los problemas de la educación intercultural están íntimamente relacionados con los problemas de política económica, de política social y de política cultural... ¿cómo le vamos a pedir al sistema educativo que no reproduzca la desigualdad cuando tenemos una sociedad que la está acelerando profundamente?” se cuestiona.
El sociólogo reflexionó que aún hace falta mucho para reconocer la pluriculturalidad de nuestro país, aunque los discursos purificadores de la raza sobre los cuales se construyó la identidad costarricense en el siglo pasado, ya no se sostienen con la misma fuerza en el imaginario social. No obstante, consideró que es una época propicia para impulsar la idea de interculturalidad desde el sistema educativo nacional y en especial desde las universidades estatales.