Según reportes de la Red Sismológica Nacional de la Escuela Centroamericana de Geología de la Universidad de Costa Rica y el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), en el mes de julio se produjeron 344 movimientos sísmicos en el territorio costarricense.
De acuerdo con el geólogo Mario Fernández, el aumento de energía sísmica liberada obedece principalmente a temblores de magnitud superior a los 4 grados que duplicaron a los de junio.
En este lapso, solo siete sismos fueron percibidos por la población, mientras que en junio solo se percibieron dos eventos. El fallamiento en la localidad Salsipuedes, ubicada entre Santa María de Dota y el Cerro de la Muerte, y Desamparados produjo sismos que llegaron a sentirse en el Valle Central.
El temblor de mayor magnitud del mes ocurrió el 24 de julio en aguas limítrofes entre Costa Rica y Nicaragua, oeste de Guanacaste, y solo se sintió leve en lugares como playa Tamarindo. Este sismo tuvo una magnitud de 5,0. Dos sismos importantes fueron percibidos por la población del país en Puerto Armuelles y al sur de David. Su origen se asocia al proceso de subducción de la placa del Coco bajo la placa Caribe.
Hasta el momento se han generado 2135 sismos en Costa Rica. El año pasado a estas alturas habían ocurrido 2319, o sea, 184 más que en el presente año. Ello indica que el nivel de sismicidad del 2006 está ligeramente por debajo que el del 2005, aunque la producción sísmica de año en curso ha mejorado notoriamente y ya casi se igualan los cifras del 2005 y el 2006.
En julio se observó un incremento notorio de la sismicidad en el área oceánica del Pacífico Central, en el espacio comprendido entre la línea de costa y la zona de contacto entre las placas del Coco y Caribe.
El Máster Mario Fernández explicó que esta zona es también conocida en lenguaje geológico como el espacio Arco-Fosa. En dicho sector la producción sísmica había sido muy escasa en los últimos meses.
Se destaca también que a todo lo largo de la frontera con Panamá, desde Punta Burica en el Pacífico hasta Sixaola en el Caribe, ocurrieron sismos con hipocentro superficial.
Las fuentes sísmicas panameñas que causaron mucha sismicidad cerca del volcán Barú y Boquete en mayo de 2006, volvieron a activarse pero esta vez sin atemorizantes temblores.
En Buenavista, uno de los focos sísmicos cercanos al Cerro de la Muerte, sigue temblando de manera significativa.
Durante el mes de julio se generaron 20 temblores de foco superficial allí y con ello esta fuente se convirtió en la más activa del mes. Estos temblores sugieren movimientos en la falla Buenavista, responsable del terremoto de Pérez Zeledón de 1983.
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