Fomentar un sentido de identidad propia, velar por su salud mental y desarrollo integral, y propiciar un ambiente de tolerancia y de expresión de las emociones, son algunos factores que contribuyen a prevenir las conductas autodestructivas en los y las adolescentes.
Así lo manifestaron los participantes en la mesa redonda Conductas autodestructivas en los y las adolescentes y su impacto en el ámbito educativo, organizada por la Sección de Psicopedagogía de la Escuela de Orientación y Educación Especial de la Facultad de Educación.
Contó con la participación de la Licda. Lucía Recia, de la Sección de Psicopedagogía; el Dr. Mauricio Campos, de la Línea Cuenta Conmigo de la Caja Costarricense de Seguro Social; la Licda. Isabel Villalobos, de la Fundación Rescatando Vidas, y el Prof. Juan José Flores, de la Asociación Arte para Ayudar.
La Licda. Lucía Recia dijo que en investigaciones realizadas se observó que no todas las personas sometidas a situaciones de riesgo sufrían enfermedades o padecimientos de algún tipo, sino que, por el contrario, había quienes superaban la situación y hasta surgían fortalecidos de ella, a lo cual se le denomina en la actualidad resiliencia.
También se notó que todos los sujetos que resultaron resilientes tenían, por lo menos, una persona, que los aceptó en forma incondicional, independientemente de su temperamento, su aspecto físico o su inteligencia.
El Dr. Mauricio Campos comentó que el suicidio juvenil se ha venido incrementando año con año, especialmente a partir del 2000 cuando se registraron 195 casos de personas menores de 35 años. También en el 2003 murieron 27 menores por esta misma causa.
Al respecto, explicó que el suicidio es un proceso que se desarrolla paulatinamente y es multicausal y multifactorial. Un adolescente no toma la ruta del suicidio porque quiere morir, sino para dejar de sentirse infeliz o para dar una lección a quienes lo rodean, y si lo intentó alguna vez es más fácil que lo vuelva hacer.
Agregó que el joven siempre da señales de suicidio, que se manifiestan en cambios agudos en el humor y la conducta, inhibición social, comportamientos riesgosos e ideas acerca de la muerte.
En este sentido, apuntó que para prevenir estos casos es importante hablar con él o ella, detectar los síntomas y brindarle la intervención oportuna. Además, de velar por su salud mental, no presionarlo excesivamente, fomentar la interacción con el sexo opuesto y darle esperanzas de vida.
También se debe proporcionar información a los estudiantes, profesores, padres de familia y personas que lo rodean acerca de cómo actuar en estos casos, y dar asesoría a los medios de comunicación en cuanto al tratamiento de este tipo de noticias.
Asimismo, la Licda. Isabel Villalobos apuntó que el suicidio ocupa el tercer lugar por causa de muerte en el mundo, y nuestro país se ubica en el décimo puesto.
Mencionó que algunas de las señales de suicidio que presentan los niños son trastornos de sueño, irritabilidad, falta de atención, pérdida de apetito, tendencia a alejarse de sus amiguitos, y si es muy tímido se vuelve extrovertido.
Para el Prof. José Flores los mayores problemas que enfrentan las y los educadores para tratar estos casos son la desintegración familiar y la negación del problema.
© 2024 Universidad de Costa Rica - Tel. 2511-4000. Aviso Legal. Última actualización: noviembre, 2024