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Ciencia debe propiciar conciencia universal

21 mar 2005
Dr. Ottmar Ette
Para este amante de la literatura, una buena forma para tratar de entender el futuro la encontraremos siempre en lo que hemos leído y escuchado.

Ante un nutrido grupo de académicos, estudiantes y público en general, el Dr. Ottmar Ette, manifestó que uno de los retos más importantes de la ciencia en el siglo XXI será desarrollar una conciencia universal, basada en una multirelacionalidad no solo a nivel geopolítico, económico y cultural, sino también entre las diferentes disciplinas.

El Dr. Ette hizo este enunciado durante la conferencia Los caminos del saber: Desafíos y perspectivas en el paisaje científico del Siglo XXI, con la que la Universidad de Costa Rica dio apertura oficial al Ciclo Lectivo 2005.

A juicio de este especialista en filología, catedrático de la Universidad de Potsdam, Alemania y Director del Instituto de Estudios Avanzados de Berlín, no se trata solamente de crear relaciones de diálogo entre diferentes disciplinas, sino de desarrollar estrategias que permitan crear relacionalidades internas y externas, capaces de formar a la sociedad.

Agregó que como parte de este esfuerzo, una de las tareas más apremiantes e s la de reconfigurar nuestras universidades de tal forma que estén preparadas para hacer frente a un mundo verdaderamente globalizado.

En ese sentido destacó que, a diferencia de lo que algunos plantean en el sentido de que el futuro de la humanidad deber á racionalizarse en los Estados Unidos, el saber tiene que configurarse necesariamente a partir de diferentes perspectivas, para que se de una verdadera conciencia universal compartida.

El Dr. Ottmar Ette, precisó que aunque el término globalización se em pezó a acuñar en el mundo hacia 1991, hay que tomar en cuenta el hecho de que la humanidad está frente a un proceso de globalización acelerada de por los menos cuatro fases.

La primera, es la que se dio a partir del ensanchamiento de los conocimientos náuticos, promovida por los países ibéricos y que empieza a partir de la llegada de Cristóbal Colón a América en 1492 y que continúa hasta mediados del siglo XVI. Esa fase creó por primera vez una red de comunicaciones continuas entre diferentes partes del globo.

Dr. Ottmar Ette
Para este amante de la literatura, una buena forma para tratar de entender el futuro la encontraremos siempre en lo que hemos leído y escuchado.

La segunda fase, se sitúa entre mediados y finales del siglo XVIII y en ella surge toda una serie de vocablos y léxico que todavía se piensan y escriben hoy como por ejemplo términos basados en el lexema mundo como literatura mundial, tráfico mundi al o economía mundial. Esta fase fue controlada por otros poderes como Francia e Inglaterra, en el ámbito económico, científico y discursivo.

La tercera fase, que se caracterizó por cambios geopolíticos, se ubica hacia finales del siglo XIX y además de l os actores europeos entra en escena otro poder mundial ya creciente: los Estados Unidos.

La cuarta fase, que es la que se vive hoy, se caracteriza por un elevado desarrollo de los medios electrónicos y otros medios de comunicación, con dimensiones económi co sociales y consecuencias como las inmigraciones y las transmigraciones.

En opinión del conferencista, la mejor forma de comprender el proceso que vive el planeta en la actualidad, valorar sus consecuencias y buscar formas de influir sobre el, es conoce r todas estas fases que ha presentado la globalización.

Una de estas formas para influir en el proceso, es precisamente lograr enfoques científicos más prometedores mediante estudios transregionales, que permitan entender el desarrollo de una región desde su multirelacionalidad y no en su concepción más cerrada.

A propósito, mencionó el proyecto que desarrolla el Instituto de Estudios Avanzados de Berlín, bajo el nombre de Los caminos del saber, que no solamente trata de evaluar con deten imiento las relaciones de Europa y los Estados Unidos, sino también los vínculos que establecen las demás regiones del planeta.

Para el Dr. Ette, paralelo a este reto de la ciencia, el mayor desafío para la humanidad en el siglo XXI será convivir aceptand o la diferencia, no solo tolerándola.

Esto debería llevar a los seres humanos a dejar de lado la visión política y cultural de bloques que se combaten mutuamente y que han surgido de forma completamente arbitraria, y dirigirse a un desarrollo de las diversas regiones del planeta a partir de una dimensión translingual, que propicie una conciencia universal, sin una sola lógica que domine.

Rocío Marín González
Periodista Oficina de Divulgación e Información
mrmpkmcarin  @cariarifnvi.ucr.ac.cr