La presencia de áreas protegidas en los territorios costeros, tanto en tierra como en el mar, resulta en una ventaja para el desarrollo de actividades de turismo y a su vez es un desafío para institucionalidad pues los recursos económicos para su protección son escasos, a criterio de la Licda. Catalina Esquivel Rodríguez, investigadora de la Escuela de Administración Pública.