En 1903, el presidente de Costa Rica de ese momento, Ascensión Esquivel Ibarra, convocó a un concurso para dotar al Himno Nacional de una nueva letra. El exmandatario acogió la preocupación de un colaborador del diario El Noticiero, quien señaló la poca convocatoria que tenía el himno a la hora de ser entonado.
El presidente de la República,
Deseoso de secundar la idea propuesta por algunos diarios de esta ciudad para que se dote de letra adecuada la música del Himno Nacional, letra que por su carácter despierte en todos los costarricenses el noble sentimiento de amor a la Patria, que pueda fácilmente gravarse en el pueblo y constituya un verdadero canto nacional,
Acuerda:
1°.- Abrir un concurso para el objeto arriba expresado.
[...]
20 de junio de 1903, decreto firmado por el presidente Ascensión Esquivel
El certamen recibió alrededor de 40 composiciones. Finalmente, el 26 de agosto de 1903, ese mismo periódico dio a conocer el nombre del escritor de la nueva letra del Himno Nacional: el “Labrador”, pseudónimo con el cual José María “Billo” Zeledón Brenes había firmado.
El premio para el ganador era 500 colones y la declaración de su letra como Himno Nacional oficial. Lo primero se cumplió, pero lo segundo no. Fue hasta 1949, después de la Guerra Civil, cuando la Junta Fundadora de la Segunda República, presidida por José Figueres Ferrer, oficializó el texto de Zeledón.
Además de tal declaración, el decreto de la Junta Fundadora incluyó preceptos disciplinarios nacionalistas: el Himno Nacional se enseñaría obligatoriamente en las escuelas y colegios, su canto habría de iniciar todo evento patriótico, los costarricenses tenían que cantarlo en toda ocasión que se ejecutara y debían “guardar durante ese acto la compostura y el respeto debidos a los Símbolos que encarnan la majestad de la Patria”, señala literalmente el decreto.
Valga acotar que resulta, cuando menos, incoherente que la oficialización de la “oda a la paz” se consolidara luego de un conflicto armado y durante un mandato que no estuvo exento de violencia política.
Ahora bien, regresando a 1903, la letra del Himno Nacional se estrenó el 15 de setiembre de ese año, en las voces de niños y niñas vestidos de gala en la plazoleta frente al edificio Metálico.
La música y profesora María Clara Vargas Cullell nos indica que el protagonismo de los escolares no era nuevo. Ya a finales del siglo XIX, las ceremonias militares fueron dando paso a festejos con una gran presencia de niños que eran los responsables de entonar la letra de ese período: la de Juan Fernández Ferraz.
El 15 de setiembre de 1899, el canto estuvo a cargo de 200 niñas y niños presentes en el Parque Morazán. Un año después, el número de infantes ascendió a 300. Este viraje en las celebraciones nos sugiere dos hechos: primero, el cambio de mentalidad, la cual tomaba distancia de una estructura militar. Y, segundo, el deseo por nacionalizar la enseñanza.
La letra de “Billo” Zeledón se escribió 51 años después de que Manuel María Gutiérrez compusiera la música del Himno Nacional. Sin embargo, durante ese más de medio siglo, la música no estuvo siempre sola. En 1873 el colombiano José Manuel Lleras creó la primera letra.
Himno Nacional de Costa Rica
Letra: José Manuel Lleras (1873)
Coro:
Ciudadanos! El sol de los libres
Ha subido radiante al cenit!
Su esplendor nos infunda el aliento
De vencer por la patria o morir.
1
Costa Rica rompió las cadenas
que la ataban a extraño poder;
soltó al viento su propia bandera
Y el imperio fundó de la ley.
2
Si el clarín sanguinario resuena,
Costa Rica, con noble altivez
"Guerra, guerra!" dirá en sus cornetas,
"Ciudadanos, morir o vencer!"
3
Libertad proclamó entusiasmada
Libertad en el orden y el bien;
Del progreso ciñó la guirnalda
En su virgen i cándida sien!
4
Mientras Guardia, el soldado aguerrido,
trae al pueblo del pueblo el deber,
Aunque se halle la patria en peligro,
Guardar puede ser su honor i su fe:
5
El cañón que en San Juan y San Jorge
Hizo el polvo otro tiempo morder
Al intruso bandido del Norte,
su estampido prepara esta vez;
6
Salve oh Guardia, valiente i patriota!
Salve oh Guardia! su honor y sus glorias
Son de un pueblo de libres, sostén.
7
Cantaré de la patria querida
El Honor, Libertad y esplendor,
Con el alma de júbilo henchida,
Cantaré de la Patria de honor.
8
En tu sin afán, tus hijos vivirán,
siempre unidos gozarán del honor
Sin triste desdén animados irán.
Al glorioso clamor, a la voz de libertad.
9
Ceñiré de la patria la sien inmortal
Tocaré con placer el clarín del afán,
Honor cantaré a tu gloria y valor
Del laurel y del mirto triunfal
En 1879, el seminarista Juan Garita y Guillén presentó la segunda versión. Este texto consta de tres estrofas: las primeras dos son iguales a la sétima y octava de la composición de José Manuel Lleras, mientras que la tercera solamente trastoca el orden de los versos de la estrofa nueve de Lleras.
Himno Nacional de Costa Rica
Letra: Juan Garita (1879)
Cantaré de la patria querida
El Honor, Libertad y esplendor,
Con el alma de júbilo henchida,
Cantaré de la Patria de honor.
En tu sin afán, tus hijos vivirán,
siempre unidos gozarán del honor
Sin triste desdén animados irán.
Al glorioso clamor, a la voz de libertad.
Ceñiré de la patria la sien inmortal
Del laurel y del mirto triunfal
Tocaré con placer el clarín del afán,
Honor cantaré a tu gloria y valor
Nueve años después, en 1888, el español Juan Fernández Ferraz redacta el tercer texto.
Himno Nacional de Costa Rica
Letra: Juan Fernández Ferraz (1888)
Coro:
De la patria el amor nos inspira
elevémosle un himno triunfal
de tirtes en la bélica Lira,
celebremos su gloria inmortal.
1
Nuestro hogar defendamos sin miedo a la lid
que el laurel nos espera al vencer
y si acaso tendidos a tierra caemos
espléndida gloria nos dá el perecer.
2
Nuestra voz acordada resuene viril
desde el ande gigante a la mar;
y repitan los valles cual trueno rugiente,
las bélicas notas del patrio cantar
3
Desde el bosque sombrío al florido pensil
cunda el eco potente, sublime, ferviente,
y al ara bendita, holocausto de amor
las preseas llevemos de gloria y honor.
4
Sobre el campo tendido a la patria decía
que del bueno el cadáver jamás dejaremos,
y al suelo confiado su cuerpo mortal
cantaremos al héroe el himno triunfal
5
Nuestros bosques frondosos aliento nos dan,
con su dulce fragancia sutil;
y del valle la verde llanura florida,
enérgico impulso de ardor juvenil.
6
De la patria querida las glorias serán
luz inmensa y calor que sustenta la vida,
y en ella al rendir es suspiro postrer,
miraremos la muerte con hondo placer
7
Gloria, honor a la patria que amante
nos dió cuando es grato a la vida mortal;
gloria, honor a la tierra y bendita y hermosa,
que a altísima gloria aspira ideal.
8
Si su nombre sin mancha doquiera brilló,
cual estrella radiante de lumbre preciosa;
por ella juremos cual bravos reñir;
sí, juremos por ella vencer o morir.
La Dra. Ruth Cubillo Paniagua, filóloga y crítica literaria, bien nos señala que al comparar las letras de todos los himnos (desde la primera composición de 1873 a la última de 1903) se evidencian los cambios de mentalidad y de autopercepción de los costarricenses. En palabras de la profesora: la representación de los costarricenses vira “de aguerridos a pacíficos”.
Esas transformaciones del discurso —añade la profesora— no son menor cosa, pues han construido las características principales con las cuales la ciudadanía costarricense se define a sí misma en contraposición a otras naciones latinoamericanas.
En la letra de José Manuel Lleras (1873), podemos encontrar que el sentido que se mantiene a lo largo del texto es esencialmente bélico. Se exhorta a la “¡Guerra, guerra!”, se habla de un “sanguinario” clarín y se alienta a vencer o morir. En suma, indica la Dra. Cubillo, es una “ferviente invitación a defender la patria”.
En esta versión del Himno Nacional, también se remite a la Independencia del país: “Costa Rica rompió las cadenas”. Sin embargo, ese acontecimiento no aporta mucho a una composición de temática bélica, pues la Independencia llegó a Costa Rica sin que el país tuviera que batallar.
Incluso, se ha señalado que esa falta de guerra de independencia constituyó para ciertos costarricenses de la época un tipo de vergüenza histórica por no haberse ganado la libertad mediante una lucha, como sí fue el caso de otros territorios latinoamericanos. Por ello, algunos historiadores mencionan que la Campaña Nacional de 1856-1857 se convirtió en una especie de “sustituto” de guerra de independencia, pues en tal conflicto sí hubo un combate armado para “defender” la patria.
Semejante insumo histórico fue aprovechado por el poeta colombiano: “El cañón que en San Juan y San Jorge / Hizo el polvo otro tiempo morder / Al intruso bandido del Norte, / su estampido prepara esta vez”. Curiosamente, no se mencionan las batallas famosas para Costa Rica: la de Santa Rosa y la de Rivas, sino la de San Juan y San Jorge, cuya importancia en la narrativa costarricense no es mayor. Quizá la importancia de San Jorge radica en que fue el combate donde salió herido el militar costarricense Tomás Guardia Gutiérrez, mandatario de Costa Rica durante la creación de esta primera letra del Himno.
De hecho, en tal letra también vemos un culto a la personalidad de Guardia: “Mientras Guardia, el soldado aguerrido, / trae al pueblo del pueblo el deber, / Aunque se halle la patria en peligro, / Guardar puede ser su honor i su fe / [...] “Salve oh Guardia, valiente i patriota! / Salve oh Guardia! su honor y sus glorias / Son de un pueblo de libres, sostén”. En este sentido, explica Cubillo, Tomás Guardia se convierte en una metonimia: pasa a representar al “costarricense por excelencia”, se presenta como el modelo que se debe emular.
De la letra presentada en 1879 por Juan Garita, solo vale recordar que son tres estrofas prácticamente iguales a las estrofas 7, 8 y 9 del Himno anterior. El canto se simplifica y se mantienen los textos que exaltan la importancia del honor y la libertad. De esta manera, no hay nada particular en esta versión, puede ser el Himno de cualquier lugar que diga honrar la libertad.
La letra del español Juan Fernández Ferraz (1888) nos ofrece un panorama parecido al de Lleras: la exaltación bélica. Nuevamente, las palabras nos ubican en un paisaje combativo: “espléndida gloria nos dá el perecer”, “bélicas notas del patrio cantar”, “la bélica Lira”, “miraremos la muerte con hondo placer”, “vencer o morir”.
Las diferencias entre los versos del actual Himno Nacional y las letras de las composiciones anteriores saltan a la vista. El texto de “Billo” Zeledón inicia con una referencia a la expresión de la vida y a la existencia de una paz que descansa “blanca y pura”. Como sabemos, ese significado se mantiene al culminar, cuando se exclama “¡vivan siempre el trabajo y la paz!”. Como nos señaló la Dra. Cubillo, pasamos de “aguerridos a pacíficos”. Además, se configuró un nuevo personaje: el labriego sencillo, que —sin ser ser soldado— trocará su herramienta en arma de ser necesario.
A modo de paréntesis final, vale mencionar que el mensaje de trabajo y paz puede verse desde diversas ópticas. Para el Dr. David Díaz, historiador, “el discurso pacifista servía doblemente en su propósito, ya que al tiempo que indicaba la particularidad del proceso [de Independencia], también motivaba la actitud sumisa frente al poder político que gobierna y —graciosamente— podía ser utilizado en la modelación de una característica apropiada para la población”. Este tema bien puede ser un debate para otro momento.
Referencias
Cubillo Paniagua, Ruth. (2003). De aguerridos a pacíficos: un análisis de las letras del Himno Nacional de Costa Rica. En Centenario de la letra del Himno Nacional (1903-2003). San José, Costa Rica: Comisión Nacional de Conmemoraciones Históricas.
Díaz Arias, David. (2001). La fiesta de la Independencia en Costa Rica, 1821-1921. (Tesis para optar al grado de Magíster Scientiae en Historia). Universidad de Costa Rica, San José.
Fonseca Corrales, Elizabeth (coord.). (2003). Centenario de la letra del Himno Nacional (1903-2003). San José, Costa Rica: Comisión Nacional de Conmemoraciones Históricas.
Vargas Cullell, María Clara. (2003). El Himno Nacional y la afirmación de la identidad costarricense. En Centenario de la letra del Himno Nacional (1903-2003). San José, Costa Rica: Comisión Nacional de Conmemoraciones Históricas.
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