El investigador mexicano Manuel Suárez Lastra, doctor en Geografía por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y director del Instituto de Geografía de dicho centro de estudios superiores, ha realizado estudios sobre la estructura urbana, la movilidad y el transporte en una urbe superpoblada como la Ciudad de México (9 millones de habitantes, 2016), y expuso parte de sus experiencias en su más reciente visita a la UCR.
Él fue uno de los expertos invitados por la Escuela de Arquitectura para participar en las Jornadas de Investigación 2017 UCR-UNAM: ciudad y segregación, las cuales se llevaron a cabo los días 6, 8 y 10 de noviembre en el auditorio de esta Unidad Académica.
Además de haber investigado sobre la asociación espacial entre el desarrollo humano, la consolidación urbana y la desigualdad en la distribución del ingreso, el Dr. Suárez Lastra se ha adentrado más recientemente en el análisis del uso de la bicicleta como un medio efectivo de transporte que contribuye a mejorar la movilidad de la población al interior de las ciudades, y que reduce también los efectos no deseados del transporte automotor.
A continuación este especialista de la UNAM responde algunas interrogantes sobre estos temas y su acercamiento con la realidad que vivimos en Costa Rica:
–¿Cuál es el concepto que usted tiene de la ciudad y del espacio urbano?
Dr. Suárez Lastra: “Comencé a interesarme en las ciudades cuando estaba estudiando mi licenciatura en Administración Pública y Ciencias Políticas, llevé un curso sobre desarrollo regional y me enamoré del estudio de lo urbano, de ahí me fui a sacar mi maestría en Planeación Urbana en la Universidad de California en Berkeley y regresé a México para obtener mi doctorado en Geografía, siempre con la especialización en movilidad y accesibilidad al trabajo con las condicionantes de la estructura urbana y con la organización de la ciudad de acuerdo a sus actividades (vivienda y empleo) y el impacto en el transporte y la movilidad, reconociendo las diferencias entre las poblaciones de altos y bajos ingresos".
Desde ahí me ha apasionado la movilidad sobre todo con ese componente socioeconómico de quiénes viajan más, en cuáles condiciones lo hacen, qué implicaciones tiene en la calidad de vida, qué implicaciones tiene en cuestiones de segregación y por supuesto con un componente de medio ambiente, pues entre más nos transportamos más emisiones de gases damos a la atmósfera; una de las misiones que tienen que cumplir todas las ciudades del mundo debe ser reducir los efectos del transporte en el medio ambiente y en la calidad de vida de las personas.
Las políticas públicas son la forma en que implementamos los cambios, por ejemplo: yo hice el estudio de estrategia de movilidad ciclística para la Ciudad de México y precisamente ahora estamos aplicando un estudio para conocer los resultados de esta propuesta.
Asimismo, hace dos o tres años coordiné el estudio de movilidad para el plan de transporte vigente de la Ciudad de México y lo importante es cómo traducir la investigación en políticas que la hagan funcionar, que no sean "curitas" que tapen el problema, porque de serlo luego sería peor. Lamentablemente, mucha de la planeación de las ciudades de Latinoamérica es eso, curitas, y no nos damos cuenta de lo que puede pasar a futuro.
Se hacen análisis del estado de las cosas y se construyen soluciones para solventar problemas que existen en este momento, pero no se planea a futuro; yo trabajo en hacer tendencias, proyecciones o estudios a mediano y largo plazo pues así te das cuenta de que, por ejemplo, construir ciudades para los automóviles no es viable, ya que nunca se van a poder tener las suficientes calles para que quepan todos”.
–¿Cuál es la situación actual de las ciudades en Latinoamérica, desde las transformaciones económicas, políticas y culturales recientes?
SL: “Si se hace un examen de las ciudades más habitables del mundo, bonitas, eficientes y con mejor calidad de vida serían ciudades densas con usos mixtos, zonas centrales con edificios de más de tres o cuatro pisos, cuyas primeras plantas sean para uso comercial, en el medio para oficinas y arriba viviendas; son ciudades orientadas al transporte público pues no hay necesidad de usar el automóvil, lo que no quiere decir que las personas no lo tengan. Son ciudades amigables para caminar o usar la bicicleta; de hecho caminar debería ser el medio más importante, ya que es la forma de transporte natural del ser humano".
En Latinoamérica tenemos pedacitos de ciudades que son transitables, por ejemplo en Ciudad de México se creó hace unos ocho años una calle que se llama Madero y por la cual se traslada 1 millón de personas al día: es una calle muy bonita, con actividad comercial y cafés y en la que está prohibida la circulación de vehículos.
El centro de Buenos Aires, Argentina, es otro buen ejemplo y acá en San José debe haber un espacio con esas características; otra ciudad más es Viena, Austria, en la que todo es accesible caminando.
El problema de las ciudades latinoamericanas se basa en el crecimiento informal de viviendas, son ciudades que crecieron muy rápido, eran muy compactas en los años 30 o 40 y comenzaron a crecer rápidamente, lo que no se puede controlar; en Europa la urbanización es muy estructurada, por supuesto que tienen problemas, pero los sistemas de transporte regionales por ejemplo están organizados alrededor de estaciones de trenes y lo que esto genera es una densidad muy alta de empleo y vivienda alrededor de las estaciones; todo se organiza alrededor de este centro”.
–¿Cuáles problemas contemporáneos ve en las ciudades latinoamericanas?
SL: “El primero es la desigualdad espacial, pues normalmente a medida en que el terreno se aleja del centro se vuelve más barato, mientras que en el centro resultaría más caro, entonces la gente con menos recursos está relegada a vivir en la periferia en donde hay menos fuentes de empleo, menos servicios, menos medios de transporte, menos de todo. Ese es el problema que compartimos las ciudades en Latinoamérica, que tienen una segregación espacial marcada y que por lo general es una relación centro-periferia.
El segundo problema es el creciente uso del automóvil que no hemos sabido detener, porque cuando son pocos carros no importa, pero llega el momento en que se vuelve inmanejable el asunto y nadie quiere bajarse del auto; ahí es cuando se deben tomar decisiones desde la esfera política para procurar mejores ciudades.
Debería estar muy claro que no hay un mundo sustentable sin las ciudades, porque son la mejor forma de organización que tenemos: se ahorran tiempos de transporte, se reduce el uso de energía, etc., pero la forma en que crecen y se desarrollan es lo que hay que replantear y pensar, para que sean realmente eficientes desde el punto de vista social pues no podemos dejar de lado el problema de la pobreza”.
–¿Cuál es la relación entre ciudad y segregación desde los estudios del espacio público, desde la movilidad y desde sus experiencias cotidianas como habitante de la ciudad, tomando como ejemplo la fragmentación urbana (condominios cerrados)?
SL: “Creo que esa forma de convivir es un error de planeación que a la larga genera muchos problemas sociales, pues se vive en un mundo autocontenido que no existe y se aliena a la persona de toda la comunidad; esos fraccionamientos no son los más bonitos para vivir. Los sitios más escogidos por los jóvenes para irse a vivir son los lugares en donde hay banquetas y calles bonitas, con todo cerca de la casa como cafés, bares, restaurantes y tiendas, todo está cerca de sus casas. Si todas las ciudades fueran así no habría necesidad de sitios cerrados.
Hay que planear siempre la construcción de lugares bonitos, yo veo todo desde la política pública y de planeación y uso de suelo, pero la parte de diseño urbano es muy importante”.
–¿Cuáles soluciones usted observa desde y para la ciudades latinoamericanas, pensando en la especificidad de nuestras ciudades?
SL: “Hay que hacerlo con planes parciales: revitalizar centros históricos e invertir en las características tradicionales de las ciudades, por ejemplo: la ciudad de Los Ángeles lo ha hecho en los últimos 10 años y el centro está revitalizado, es un lugar increíble, al igual que el Centro Histórico de la Ciudad de México.
Además se vuelven los lugares más seguros, pues cuando se regresa a la vivienda por estos sitios siempre hay gente y se reducen los índices de criminalidad. No sale más caro hacer los lugares más bonitos, cuesta exactamente lo mismo”.
–¿Cuáles serían los retos que tienen las ciudades en Latinoamérica?
SL: “Las ciudades crecen de manera paulatina, los cambios urbanos son lentos en general pero por eso mismo es que hay que empezar a actuar ya; la revitalización de los centros históricos es un tema importante porque ahí está el patrimonio histórico que pertenece a todos.
Cuando los proyectos están bien hechos se puede esperar que llegue una cantidad de turismo espectacular, lo que tiene un beneficio alto para la comunidad y también hay que fijarse mucho en el tema del transporte: hay que detener el crecimiento de la planta de vehículos pues no es la forma de desarrollo adecuado.
Sobre los carros híbridos y eléctricos existen estudios que indican que, para que hayan beneficios en el sector salud por la disminución de la contaminación atmosférica, tiene que haber una masa enorme de vehículos híbridos, por lo menos el 20 % de la flota vehicular, de forma que se convierta en realidad en un cambio positivo; pero llegar a esa cantidad es bastante difícil y además no se reduce el problema del congestionamiento vial.
Por otra parte, construir más infraestructura para automóviles genera más carros, entonces sólo se empeora el problema; deben elaborarse políticas que restrinjan el crecimiento del número de vehículos y realmente poner énfasis en reforzar el transporte público y las zonas "caminables".
–¿Cuál es el valor de la investigación transdisciplinar, las relaciones entre la arquitectura, la geografía, la sociología, la antropología y demás áreas del conocimiento, etc.?
SL: “El viajar y conocer a otros colegas y profesionales de otras áreas es muy enriquecedor pero también es muy importante lo que viene después, lo que puede surgir de todos estos contactos y el intercambio de conocimiento, lo que sucede a partir del vínculo institucional o las posibilidades de cooperación.
La multidisciplina no debe ser un fin, pero es claro que es un medio pues los fenómenos tienen varias perspectivas y al juntar diversas especialidades entendemos mejor los problemas; desde comprender las relaciones sociales desde lo urbano hasta saber de dónde vienen los gases que generan cambios en la capa de ozono, todo se puede abordar desde diferentes puntos de vista”.
Ha visitado Costa Rica en al menos cinco oportunidades, pero esta es la primera vez que lo hace en la parte académica, ya que las demás ocasiones lo ha hecho por turismo y también como músico, pues él es vocalista y guitarrista de la banda de rock mexicana Motor y se ha presentado en nuestro país en festivales como el FIA (Festival Internacional de las Artes); además practica actividades deportivas como la natación, pesas y ciclismo, tiene 45 años.
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