La Dra. María Lourdes Cortés Pacheco, Catedrática de la Escuela de Estudios Generales y el Dr. Carlos Sandoval García, Catedrático de la Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiva, fueron nombrados Catedrática y Catedrático Humboldt 2017, respectivamente.
Según lo explicó la Dra. Ana Mercedes Pérez Carvajal, directora del Doctorado en Ciencias y coordinadora del Consejo Consultivo de la Cátedra Humboldt, en ambos casos se consideró la excelencia de los proyectos presentados, la trayectoria que respalda la labor académica y de investigación tanto de Cortés como de Sandoval y que ambas propuestas se adaptan al ideal científico de los hermanos Humboldt.
Para el Dr. Fernando García Santamaría, vicerrector de Investigación, las once postulaciones que se recibieron este año fueron excelentes desde el punto de vista científico y académico, lo que provocó una de las discusiones más ricas e interesantes de los últimos tiempos entre los miembros del Consultivo de la Cátedra Humboldt y una decisión complicada y difícil, que al finalizar concluyó con la decisión unánime de dar el reconocimiento a ambos académicos, para no desechar injustamente un valioso proyecto. “Tuvimos que hacer una discriminación enfocados en tres puntos fundamentales: la multi o transdisciplinariedad, el carácter regional del mismo y el espíritu de la Cátedra Humboldt”.
La Dra. María Lourdes Cortés, cuenta con una reconocida trayectoria académica en el ámbito nacional e internacional, como historiadora del cine costarricense y centroamericano. Investigadora de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano y fundadora y directora de Cinergia, sus investigaciones sobre el audiovisual en Centroamérica la han llevado a publicar diversos artículos y libros, y a participar como jurado de festivales de cine en Cuba, México, Francia y Holanda.
Como Catedrática Humboldt 2017, se dedicará a desarrollar una propuesta sobre las representaciones colectivas presentes en el cine centroamericano del siglo XXI, en el periodo 2000-2016.
Cortés se plantea estudiar las tendencias generales del cine centroamericano y examinar las escenificaciones de la etnodiversidad y multiculturalidad en el audiovisual de la región. Asimismo, tratará de determinar las estrategias de representación de la memoria colectiva, la violencia y la visión de la posguerra en el cine contemporáneo de la región.
La idea es publicar tres artículos al respecto y articularlos con otros trabajos realizados que se recogerán en un libro que actualice las investigaciones anteriores sobre el cine centroamericano. Además, planea realizar un coloquio interdisciplinario e internacional cuyo centro será el audiovisual en Centroamérica en diálogo con la historia, la literatura, la filosofía, el psicoanálisis y las artes visuales, entre otros campos discursivos.
Al recibir este reconocimiento, la Dra. Cortés agradeció la posibilidad que le otorgará de contar con tiempo para actualizar un trabajo que viene haciendo desde hace mucho tiempo. “Me postulé motivada por el momento maravilloso que vive el cine centroamericano que en estos años ha sido galardonado con el Oso de Plata del Festival Internacional de Berlín, que junto con el Festival de Cannes, es uno de los más importantes del mundo”.
El Dr. Carlos Sandoval por su parte también cuenta con una reconocida trayectoria académica en el ámbito nacional e internacional, como comunicador social especialista en temas de migración.
Investigador del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) y director del Anuario de Estudios Centroamericanos, ha desarrollado investigaciones en temas muy diversos que abarcan la vida cotidiana, medios de comunicación e imaginarios sociales, inmigración e identidades nacionales en Costa Rica, masculinidades, segregación urbana y estigmatización social, y el derecho a tener derechos de los migrantes en Costa Rica.
Como Catedrático Humboldt 2017, Sandoval se propone desarrollar mediante una encuesta un estudio exploratorio regional en torno a las demandas ciudadanas de jóvenes residentes en barriadas populares en Centroamérica, con miras a observar tendencias, similitudes y diferencias entre ese segmento de población en cada uno de los países del istmo. Además llevará para su discusión a diversas universidades públicas costarricenses y mexicanas, el documental Casa en tierra ajena y, con la participación de especialistas de la UNAM, Centroamérica y Alemania, llevará a cabo un seminario sobre las tendencias de la inmigración y violencias en la región.
Al recibir este reconocimiento, el Dr. Sandoval indicó que asume este reto con la clara conciencia de que las Ciencias Sociales tienen la enorme responsabilidad no solo de documentar la fragilidad de la vida en Centroamérica, sino de idear formas de trascender la cultura de la muerte que la caracteriza.
Mencionó, que durante el trabajo de campo que ha desarrollado en los últimos cinco años que lo ha llevado a El Salvador, Guatemala, México e inclusive a los Estados Unidos, ha podido palpar el difícil momento que atraviesa Centroamérica, quizás más difícil de lo que la discusión pública recoge. “A 30 años de los acuerdos de paz suscritos en Guatemala en 1986, los indicadores centroamericanos son realmente dolorosos. Por ejemplo, El Salvador, tiene la tasa de homicidio doloso más alta del mundo, en un país en el que no se ha declarado la guerra, y en Guatemala, el 40% de los niños y de las niñas menores de cinco años padecen de desnutrición, situación difícilmente reversible”.
En su opinión Centroamérica requiere con urgencia una estrategia de largo aliento, aunque la situación es más difícil que hace 30 años, cuando había una gran preocupación por la paz en el istmo. “Hoy tenemos enormes retos y la atención internacional no está sobre Centroamérica. Hoy hay más muertes violentas en Centroamérica incluso que en muchos años de la guerra. Pero lamentablemente Centroamérica hoy no es noticia. Para bien o para mal la noticia está en otro lado. Por esa razón, este proyecto que contará con el apoyo financiero de la Fundación Rosa Luxemburgo del partido de izquierda de Alemania, procurará dar cuenta al menos parcialmente de lo que varios cientos de personas jóvenes dirán en cada país, para que aunque sea en una ínfima escala, contribuya a cambiar el estado de las cosas”, sentenció Sandoval.
Se estima que cerca de 300 mil personas salen año a año de los países de Centroamérica hacia los Estados Unidos. “Aunque estas personas están obligadas a emigrar por la situación de violencia que viven en sus países, se ven imposibilitadas de inmigrar, lo que ha creado literalmente una trampa en la cual sin duda concurre el crimen organizado, tan presente y prevalente en muchas de las rutas”.
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