Evolución de tecnologías digitales hacen real lo virtual

La M.Sc. Carolina Taborda indicó que le preocupan los problemas de comunicación en Costa Rica, pues no sabemos qué se está desarrollando, ni estamos compartiendo conocimiento (foto Bárbara Ocampo).

¿Qué sorpresas y usos inimaginables de la mente ha permitido la tecnología en los seres humanos? Las generaciones actuales, “los mileniales”, con sus teléfonos inteligentes y conversaciones por medio de redes sociales son producto de décadas de avances.

Así lo dejó entrever en el panel titulado Virtualidad: alcances hacia el próximo quinquenio, la Dra. Eleonora Badilla Saxe, coordinadora de la Red Institucional de Formación y Evaluación Docente (RIFED); esta experta realizó en su presentación un repaso de los avances de la tecnología digital en los últimos 40 años.

La Dra. Badilla Saxe evidenció cómo esas realidades presenciales y virtuales que se perciben separadas y paralelas hoy por hoy, son más bien una misma realidad aumentada gracias a la portabilidad, inalambricidad y ubicuidad.

La actividad, realizada el 15 de julio, fue parte del simposio Gestión y sostenibilidad de una cultura institucional orientada a la excelencia en la educación superior, organizado con motivo del 40 aniversario del Centro de Evaluación Académica (CEA) de la UCR.

En el panel sobre virtualidad participaron cinco expertos que hilvanaron sus ideas y mostraron los retos que tiene la academia frente a estas nuevas generaciones, nacidas después del 2000 y que están por iniciar sus estudios universitarios.

Nuevas amalgamas

El MBA Alonso Durán Heras, docente de la Universidad Carlos III de Madrid, afirmó que vivimos síntomas de que viene un cambio, “pero no uno como cuando llegó la radio o la televisión, que pensamos que se iban a cerrar las escuelas”, advirtió.

El panel denominado Virtualidad: alcances hacia el próximo quinquenio, contó con la participación de la Dra. Eleonora Badilla, la Dra. Susan Francis, el M.Sc. Alonso Durán, la M.Sc. Carolina Taborda y el Dr. Tomás de Camino (foto Walter Esquivel Gutiérrez).

Estos síntomas son las nuevas reglas del juego y el escenario creado por los Cursos en Línea Masivos y Abiertos, en inglés Massive Open Online Course (MOOC), que permiten tener 70 mil alumnos en un curso al mismo tiempo gracias a las facilidades tecnológicas.

Los MOOC son los mensajeros hacia una versión mejorada: el aprendizaje semipresencial donde se aprovechan los beneficios de un espacio y otro.

Esta idea es apoyada por la Dra. Susan Francis Salazar, directora de la Unidad de Apoyo a la Docencia Mediada con Tecnologías de la Información y la Comunicación (METICS), quien expresó que “la virtualidad es un espacio para repensar las prácticas docentes”, pero la Dra. Francis afirma al mismo tiempo que “no todo es posible en la virtualidad, pero la presencialidad física tampoco garantiza el aprendizaje”.

La virtualidad viene a desarrollar otros escenarios, como: interacción con otros países, construcción colectiva de documentos sincronizada, discusión a deshoras, materiales multimediales, entre otros. El experimento químico, la gira de biología o el ensamblaje de una máquina son insuplantables, pero pueden verse potenciados por la colaboración, la comunicación y la innovación que posibilitan las tecnologías.

Esta simbiosis tiene muchas ventajas, tal como lo apuntó el Dr. Tomás de Camino Beck: se trata de la equidad en todos los términos como el económico, de género, edad y permitir la “individuación”.

Este último concepto se refiere a la opción que debe tener todo estudiante de transformar el aprendizaje en propio y generar su identidad. Los jóvenes escogen, deciden, discriminan, buscan lo que le interesa, “ellos y ellas expresan y quieren agregar valor a sus opiniones, por ejemplo en Facebook”, explicó el Dr. Camino Beck.

A partir de este contexto, el Dr. Camino Beck propuso “desarrollar nuestras propias herramientas digitales”, donde lo virtual sea para informarse y el contacto físico para resolver, entender y ejecutar. No hay que esperar que la iniciativa surja de las autoridades o venga del extranjero, pues los mismos estudiantes “nos empujan” hacia ello.