Ante la discusión que se ha generado en el país sobre la situación del Sistema Financiero Nacional para la Vivienda (SFNV), el Grupo de Estudios Urbanos (GEU) de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Costa Rica (UCR) ha analizado los elementos que componen esta disyuntiva y encontraron que se ha centralizado en el campo económico-financiero, mientras que las variables sociales y territoriales han quedado rezagadas.
Por eso, para crear un espacio de discusión al respecto, el GEU realizó el Foro-Taller denominado: La vivienda que construye hábitat, cuyo objetivo principal era aportar propuestas que vinieran a mejorar la habitabilidad en el territorio.
La actividad se desarrolló en el mes de junio en la Escuela de Arquitectura y participaron funcionarios del Instituto Nacional de Vivienda y Urbanismo (INVU), Banco Hipotecario de la Vivienda (BANHVI), Ministerio de Vivienda y Asentamientos Humanos, municipalidades, entidades autorizadas del SFNV e integrantes de grupos organizados de la sociedad civil.
La Arq. Sonia Montero Díaz, presidenta ejecutiva del INVU y una de las presentes en este foro, manifestó que se está trabajando para que la vivienda de interés social deje atrás el significado de pobreza y marginalidad que tiene en nuestro medio, “este concepto debe integrarse dentro de una planificación urbana que venga a mejorar la calidad de vida de las y los costarricenses”, apuntó Montero.
Por su parte, el coordinador del foro-taller, Arq. Isaac Salgado Ramírez, resumió en una presentación final los alcances de esta sesión e indicó que en Costa Rica se tiene la visión de que la vivienda de interés social es la que se construye subsidiada por el Estado, a bajo costo y exclusiva para personas de bajos recursos, “esta forma de entenderlo genera grandes sesgos y limita las posibilidades que tiene la vivienda en la construcción de un hábitat más inclusivo”, acotó Salgado, quien es profesor e investigador del GEU.
Representa un gran logro que el Estado haya reconocido que existe un sector de la población que no podría acceder a la vivienda digna sin su intervención, expresó Salgado, de ahí la creación del SFNV, “pero a la vez este enfoque poblacional ha generado una serie de problemas asociados a la incapacidad que tiene la vivienda, por sí sola, de mejorar la condición socioeconómica de las personas y a la concentración de la pobreza en zonas homogéneas del territorio”, agregó.
Sin embargo, dijo el arquitecto, la inversión gubernamental realizada hasta el momento no ha sido eficaz, por lo que el parque habitacional se ha deteriorado y la pobreza no se ha reducido por consecuencia de la construcción de viviendas de interés social.
“Ante este panorama el Estado ha tenido que invertir nuevamente en esas zonas con servicios urbanos básicos, labor que no se hizo en un principio y que por ende resulta más caro; en otras palabras: la inversión estatal en vivienda, en lugar de disminuir el déficit cuantitativo, generó un déficit cualitativo, reflejado en el deterioro visible de nuestras ciudades”, detalló.
La propuesta sobre la vivienda que construye hábitat, concepto trabajado en esta actividad, se enfoca en entender el problema descrito no solo desde el acceso, sino desde las múltiples aristas que se pueden determinar en la relación que existe entre las personas y su entorno, así como la incidencia que tiene dicha relación en las condiciones socioeconómicas.
“Se vuelve necesario revisar el protagonismo de la oferta de mercado y la relación que tiene con la demanda y los beneficiarios del SNFV. A la vez, plantea la necesidad de generar información adicional que permita orientar las acciones de articulación socioespaciales de un territorio visiblemente fragmentado, lo que permitiría tomar decisiones más acertadas en cuanto a la priorización y financiamiento de proyectos con fondos públicos”, planteó Salgado.
Así las cosas, este foro-taller generó un conjunto de medidas progresivas para el cumplimiento de la vivienda adecuada como derecho de las personas, por lo que sugieren el establecimiento de una política nacional para la construcción de un hábitat inclusivo, que venga a determinar las acciones necesarias para la elaboración de un marco general que siga los siguientes pasos:
Para concluir la Arq. Sonia Montero Díaz hizo hincapié en que estas propuestas vienen acompañadas de otros aspectos, como la conformación de equipos técnicos interdisciplinarios que acompañen a las comunidades en la construcción de lineamientos que incluya las opiniones de las y los actores comunales, además de recuperar espacios residuales y crear espacios públicos colectivos, para maximizar los lazos sociales y así mejorar la calidad de vida mediante el esparcimiento y el ocio.
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