Las universidades deben preguntarse para qué son buenas y perfilar sus fortalezas, apoyarse en ideas nuevas, en trabajos de los estudiantes, en políticas públicas en materia de innovación y en políticas institucionales concisas y transparentes sobre derechos de propiedad intelectual si desean incentivar la innovación y el emprendimiento y estrechar relaciones con la empresa privada.
Así lo expresó el Mag. Marc Sedam, director de UNHInnovation, Universidad de Nuevo Hampshire, Estados Unidos, durante su conferencia La innovación como motor de desarrollo económico para las economías nacionales, la cual se realizó en el auditorio de la Facultad de Ciencias Económicas, el 17 de setiembre.
Sedam está colaborando con la Unidad de Gestión y Transferencia del Conocimiento para la Innovación (Proinnova) y considera que las oficinas de transferencia tecnológica de las universidades deben ofrecer servicios muy ágiles hacia los diferentes sectores. Por ejemplo, considera que la transferencia de tecnología propiamente no debería tardar más de seis semanas y los procesos académicos no más de nueve meses.
El expositor dijo que para ser exitosos en estas labores se necesitan ideas, talento, capital e infraestructura. En ese sentido indicó que la UCR es una universidad de prestigio, que hace mucha investigación aplicada, es confiable en materia de ciencia y tecnología y tiene mucho talento.
En relación con el capital necesario para desarrollar investigación indicó que existen muchos fondos que permiten financiar diferentes iniciativas; y en cuanto a infraestructura para los nuevos proyectos de innovación manifestó que esto se resuelve con una casa de emprendedores o incubadoras, que dispongan de ancho de banda, oficinas y laboratorios y que no se abusen del porcentaje de ganancia.
Para Sedam es fundamental contar con apoyo del gobierno, que impulse políticas favorables y asegure el financiamiento para la innovación, con incentivos empresariales.
El expositor recomienda que si la institución opta por patentar, tenga claro que esta es la opción que le permite lucrar de alguna manera con el conocimiento. En todo caso recomienda tener por escrito todo lo relativo al sistema de gratificación que la universidad pide a las empresas para licencias de patentes.
Según lo dijo en Estados Unidos se estableció una política que impide otorgan licencias exclusivas, lo que tuvo un impacto inmediato en el país, pues se aplica para todas las instituciones.
Comentó que su país en 1979 tenían inscritas 28 mil patentes, pero solo había negociado un 4% de ellas. A partir de esa política aprobada el porcentaje comenzó a crecer y hoy tienen más de $100 mil millones de dólares vendidos en licencias, 705 empresas nuevas y 4000 empresas que aún funcionan con tecnología transferidas, detalló. “Esta es la ley más importante que el país hizo, realmente”, indicó Sedam.
Sedam explicó que todas las actividades emprendedoras tienen riesgo y que por razones culturales muchas personas se frenan en sus ideas innovadoras por el miedo al fracaso. Para su criterio es importante ir cambiando esa mentalidad. “En Sillicon Valley esto no es problema, más bien hay gente que raja con sus fracasos”, aseveró el expositor.
El expositor estadounidense explicó que es necesario entrenar la mentalidad para la innovación que le permita encontrar lo que nadie está haciendo. Para el caso de empresarios que quieran innovar recomendó que le pregunten a 50 personas o clientes de su empresa si están contentas con el servicio que les ofrecen y que es muy probable que de esa consulta unas 20 personas no lo estarán, y eso le dará la oportunidad de innovar en algo.
Aunque reconoce que no todas las nuevas empresas dan buenos resultados desde el comienzo, considera que es necesario seguir impulsando una mentalidad de innovación. Añadió que algunas empresas fallan por problemas administrativos, otras por los productos que ofrecen y otras porque no cuenta con el talento o recurso humano necesario.
En ese sentido dijo que se vale “robar talento de otras empresas” y que las universidades siempre son fuente de nuevos recursos y talentos, con los estudiantes recién graduados, etc. Comentó que aunque él por tres años se empeñó en negar que la empresa en donde hoy es el gerente tuviera posibilidades de ser exitosa, tiene que reconocer que se equivocó en su apreciación por tanto tiempo. “Lo importante es como se responde al hecho de estar equivocado y sobre el temor al fracaso. Lo que si puedo asegurar es que siempre hay más éxitos que fracasos al año”, afirmó.
En su disertación comentó que por lo general los primeros inversionistas de un nuevo proyecto son la familia, los amigos y “los tontos” o “locos” que se atreven a financiarla sin saber si dará buenos resultados o no. Luego a los interesados les corresponde convencer a otros inversionistas y para eso es muy importante contar con mucha claridad y transparencia, porque “nada indispone más a los inversionistas que la duda en cualquier aspecto”, expresó Sedam.
Esta conferencia fue organizada por Proinnova en coordinación con la Fundación CRUSA.
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