De esa manera resumió la directora de la Escuela de Bibliotecología y Ciencias de la Información (EBCI) Mag. Marcela Gil Calderón, la misión de esta unidad académica a lo largo de veinticinco años, durante el acto de celebración del aniversario el viernes 13 de junio.
La Directora destacó las diferentes etapas y coyunturas por las que ha atravesado esta escuela, desde que inició como una sección en la Facultad de Educación, cuando las bibliotecas con sus grandes estantes y ficheros de referencia conformaban la clásica imagen que acudía a la mente cuando de bibliotecología se trataba.
Esos tiempos quedaron atrás, añadió Gil, y en esta época de las tecnologías de la información y el conocimiento “y cuando la visión de mundo se ha transformado y la interdependencia de unos con otros es cada vez mayor, "la bibliotecología como disciplina y profesión debe estarse planteando desde su esencia el papel que debe jugar en este nuevo orden mundial".
La directora sostuvo que la Escuela ha sabido adaptarse y responder a las nuevas necesidades y exigencias de información de una comunidad de usuarios sumamente heterogénea; así como incorporar los nuevos conocimientos, recursos y sistemas informativos que los vertiginosos avances tecnológicos han impuesto.
La primera Directora de Bibliotecología durante el período 1980-1984 Licda. Lidieth Díez Solano, quien junto a las otras cuatro ex directoras de la escuela recibió un homenaje durante este acto de celebración, rescató que las riendas de la escuela hayan sido tomadas a lo largo de estos 25 años por ex alumnas.
Esto, reconoció la ex directora, “ha permitido que la encaminen hacia donde las pioneras de la escuela pensamos en su momento que podía y debía llegar”. Para Díez el profesional en bibliotecología debe tener en estos años muy claro que los caminos de las ciencias de la información, las nuevas tecnologías y exigencias de los usuarios, requieren de una educación continua y un estudio constante luego de graduarse en la universidad.
Y en torno a esa formación continua y estudio constante que los tiempos actuales exigen de los profesionales en bibliotecología, hizo énfasis en su intervención el vicerrector de Docencia de la UCR, Dr. Bernal Herrera Montero. Destacó que los nuevos soportes de información del siglo XXI generan una capacidad inaudita de producir, almacenar y diseminar información, lo cual impacta notablemente en las funciones del científico de la información. Y también afecta el desempeño de todo profesional que hoy por hoy depende, en buena medida, para su actividad cotidiana y profesional de su capacidad de producir, de accesar y de procesar conocimiento e información.
Para Herrera, el bibliotecólogo enfrenta en la actualidad la necesidad, y el reto, de democratizar el acceso a la producción, al almacenamiento, y la diseminación del conocimiento y la información
Todo ello exigirá de los profesionales preparados por esta escuela asumir nuevas funciones en esta autopista del conocimiento y la información. “Deberán estar en capacidad de manejar y crear sistemas de búsqueda, de almacenamiento y de difusión de la información; asesorar y acompañar a los productores, consumidores y difusores de información que ahora no son solo presenciales. Y, sobre todo, ser un conceptualizador y ejecutor de políticas de producción, almacenamiento y difusión de la información, que encaminen a la sociedad a la democratización de los saberes” concluyó el vicerrector.
Han sido cinco las directoras que desde 1980 tomaron las riendas de la Escuela e hicieron suyo el compromiso de convertir aquella sección de bibliotecología de la Facultad de Educación, en la Escuela de Bibliotecología y Ciencias de la Información que es hoy. En sus inicios tuvieron que viajar a Puerto Rico y Estados Unidos para perfeccionar sus conocimientos sobre bibliotecología, y una vez concluidos sus estudios regresar a la UCR para trabajar en una mejor estructuración de la carrera, de su plan de estudios, y de los recursos necesarios.
Estas cinco bibliotecólogas representan 25 años de un recorrido con ilusiones, metas y compromisos que se tejieron entre libros, y que hoy continúan en un telar mayor que incluye la nube, computadoras, teléfonos inteligentes, sitios virtuales, repositorios, motores de búsqueda, plataformas y centros de información, para nuevas generaciones de estudiantes de bibliotecología que cuentan con una escuela actualizada y pionera en Costa Rica en el campo de la difusión y búsqueda de la información.
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